Amanecía un domingo gris y frío, pero todos sabíamos que el 2 de diciembre sería una jornada memorable para la Real Esclavitud. Acompañaríamos a la Santísima Virgen bajo la advocación de los Desamparados (imagen peregrina) y a su Cofradía en su primera visita a Madrid. Los congregantes esclavos de la Patrona de Madrid éramos casi el centenar.
El momento en el que el “mare móvil” que custodiaba la imagen de la Virgen hizo su aparición entre la multitud, no pasó desapercibido para nadie. Una interminable ovación de aplausos y vivas se adueñó de las calles inmediatas a la parroquia de San Lucas. Una emoción incontenida difícil de explicar.
Ya sobre los hombros de sus hijos, la Virgen se dirigió al atrio de la mencionada parroquia, donde fue recibida por D. Carlos Osoro (Arzobispo de Madrid) y tras una entrañable celebración de la Palabra, fue trasladada en solemne procesión a la parroquia titulada del mismo nombre: “Nuestra Señora de los Desamparados”.
La Real Esclavitud, encabezada por su estandarte, desfiló en el cortejo procesional y no fueron pocos los miembros de nuestra congregación los que tuvieron el honor de arrimar el hombro a las andas y ser por unos instantes, los pies de la Santísima Virgen por las calles del barrio de Villaverde.
Una vez en la parroquia de los Desamparados, la imagen fue ubicada en el altar mayor y, muy cerca, el estandarte de la Real Esclavitud. Tras la ofrenda floral de nuestra Congregación, se celebró la Santa Misa presidida por D. Carlos. Finalizada la Eucaristía, se bendijo la imagen de la Virgen que la Archidiócesis de Valencia ha regalado a esta parroquia y que desde el 2 de diciembre, quedará expuesta para la veneración de todos los madrileños.
Si por la mañana era Madrid la que se postraba a los pies de Nuestra Señora de los Desamparados, por la tarde lo hacía Valencia ante Santa María la Real de la Almudena. La Cofradía de la Virgen de los Desamparados iba hasta la Catedral de Madrid para hacer la ofrenda de una medalla de oro a la Santísima Virgen. Allí fueron recibidos por el Sr. Cardenal, miembros del cabildo y por la Real Esclavitud. A la visita y al obsequio, se correspondió con la entrega de una pequeña imagen de la Almudena a la Cofradía y, a todos los peregrinos, se les dio la medalla conmemorativa del año jubilar mariano que se está celebrando.
Damos gracias a la Virgen María por permitirnos vivir acontecimientos de este tipo, que sin duda no solo refuerzan nuestra fe y devoción mariana, sino también ayudan a estrechar lazos entre Cofradías y Congregaciones que aunque de zonas geográficas distintas, tienen un mismo fin: acercar a Jesucristo a todos los hombres a través de la Santísima Virgen María.
Desde nuestra web queremos dar las gracias a la Cofradía de Nuestra Señora de los Desamparados por traernos a la “Mare de Déu” hasta nuestra ciudad y por tantas muestras de cariño y afecto con nuestra Congregación y sus congregantes.