Madrid acogió el pasado fin de semana la Asamblea de la Federación Internacional de Asociaciones Católicas de Ciegos (FIDACA), en la que se eligió a Sandro Molinari, de Suiza, como presidente; a Ignacio Segura, de España, como vicepresidente, y a Alexander Paccobnic, de Alemania, como tesorero.
La jornada fue clausurada con una solemne Eucaristía presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, que pidió defender la dignidad de todo ser humano y alertó de «tres tentaciones»: «tener, prestigio y poder, que nos rompen y nos dividen a todos».
En el primer domingo de Cuaresma, el purpurado lamentó que «estamos viendo en nuestro mundo cómo la división, la ruptura, el enfrentamiento se da en muchos pueblos porque hemos relegado a Dios a un segundo lugar» y, al no «invocar a Dios como Padre», se deja de sentir «a los demás como hermanos».
«Queridos hermanos, Jesús experimentó como nosotros la fuerza de la tentación –aseveró–. Él sintió miedo, inseguridad, seducción del prestigio y del poder, pero el camino que eligió Jesús es de docilidad total a Dios y nos abrió un camino de esperanza. Quizá la pregunta para nosotros sería: ¿cuáles son las tentaciones que nos esclavizan?, ¿quién es el único que puede librarme de las fragilidades que me dominan? Jesús las ha vencido y nos sigue dando la fuerza para vencerlas».
El arzobispo de Madrid terminó su homilía pidiendo al Señor que en «vuestros trabajos esté presente esta actitud de Jesús» y animándolos a «buscar como discípulos del Señor la fidelidad absoluta a Dios en todas las cosas y en las acciones y movimientos que tengáis».
Infomadrid / S. Madrid
Lectura del santo EVANGELIO según san Mateo (4, 1-11)
Jesús ayuna cuarenta días y es tentado
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
« Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó:
«Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: «”Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo:
«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a una monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.
Palabra del Señor.