«Nada facilita más el diálogo entre distintas confesiones que la amistad sincera». Con estas palabras ha iniciado el cardenal Carlos Osoro este martes, 6 de julio, su ponencia Fraternidad humana y diálogo interreligioso, dentro del curso de verano Diálogo interreligioso frente al identitarismo excluyente organizado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Fundación for Islamic Culture and Religious Tolerance (FICRT) en el Centro Universitario María Cristina de San Lorenzo de El Escorial. «Con el mundo islámico celebramos tener al mismo Dios como Señor de nuestra vida –ha expresado el arzobispo de Madrid–, y esto nos obliga a dialogar y a ser extremadamente respetuosos porque, como dice el Corán, “no hay coacción en asuntos de fe”».
El purpurado se ha referido al padrenuestro, una oración para él «especialísima» que «es un atrevimiento porque, si lo dices con sinceridad, reconoces que hay un Dios padre de todos los hombres y por tanto yo, que soy hijo de Dios, soy hermano de todos». Así, esta oración «por antonomasia» contiene y fundamenta una «apremiante y seductora» invitación a la «práctica del diálogo interreligioso». «Solo con esta conciencia de hijos podemos vivir en paz entre nosotros».
El mismo Jesucristo fue modelo de fraternidad, ha destacado el cardenal Osoro, porque Él, como decía san Pablo, «ha derribado las murallas que construimos los seres humanos». El ejemplo más «sublime de compasión y misericordia» es el que protagoniza con una persona de confesión religiosa diferente: el samaritano, un pasaje del Evangelio que muestra «cómo ante el sufrimiento y la extrema vulnerabilidad no hay fronteras religiosas». Y ante los pobres, ha recordado, «todas las religiones tenemos mucho que aportar».
«Tenemos que reconocer» que este diálogo con otras confesiones y religiones no ha existido siempre –ha aseverado–, pero el Concilio Vaticano II «marcó una nueva mentalidad» cuyo espíritu recoge el Papa en Fratelli tutti. «La Iglesia avala la acción de Dios en las demás religiones y no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero», ha expuesto. De este modo, el diálogo entre personas de distintas religiones, la apertura al mundo –no desde la economía y las finanzas, «que es un desastre que nos lleva a la ruina», ha alertado–, se lleva a cabo no solo por tolerancia o diplomacia, sino fundamentalmente desde el establecimiento de lazos de amistad, paz y armonía.
Respeto de la libertad religiosa
El diálogo interreligioso va ligado, a juicio del arzobispo de Madrid, a la libertad religiosa. «Los creyentes de todas las religiones sabemos que hacer presente a Dios es un bien para nuestra sociedad», pero «cuando en nombre de una ideología se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar a ídolos», ha advertido. Si se priva de la libertad religiosa, se deja a la humanidad «radicalmente empobrecida». Por eso, «debemos exigir respeto activo a la libertad religiosa para los creyentes de todas las religiones», y también a su tradición religiosa, «que tiene derecho a no quedar limitada a la iglesia, a la sinagoga o a la mezquita».
Por su parte, el presidente y director de FICRT, Jumaa Al Kaabi, ha agradecido la participación del arzobispo y ha reivindicado el Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común de Abu Dabi, firmado en 2019 por el Papa Francisco y el gran imán de Al Azhar, Ahmed el-Tayeb: «A través del conocimiento del otro y del diálogo, todos los conflictos pueden ser resueltos».