En la renovación del tradicional Voto de la Villa, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha recordado este martes, 9 de noviembre, en la Misa solemne presidida por el cardenal Osoro, que la Virgen estuvo «escondida muy cerca de aquí, en uno de los torreón de la antigua muralla, junto a lo que ahora es la Cuesta de la Vega» hasta la reconquista de la ciudad, cuando, «durante una procesión encabezada por el rey Alfonso VI» en 1805, se derrumbó una sección de la muralla y apareció con «dos velas, una a cada lado, que permanecieron milagrosamente encendidas» durante siglos. «Hoy me toca renovar este voto que mis predecesores han realizado desde 1646 y quisiera llamar la atención sobre aquellas dos pequeñas velas que os rodeaban aquel primer 9 de noviembre y lo que simbolizan: la aparición de la luz al final de la oscuridad de la prueba», ha aseverado.
El regidor ha rememorado que el año pasado, en plena pandemia, imploraron «auxilio» a la Virgen y «no nos soltasteis de la mano durante aquella dura prueba», ni «nos faltará vuestra ayuda en la tarea que se nos avecina: relanzar la ciudad hacia un futuro de unidad, de prosperidad y de justicia social».
En este sentido, ha pedido a la Virgen, entre otras cosas, «que consoléis a las familias y a los seres queridos de quienes han fallecido durante la pandemia» y a la de pequeña fallecida, María; que «tengamos siempre el corazón abierto» para la «atención de las necesidades de los más débiles y desfavorecidos»; «que protejáis y ayudáis a nuestras familias para que se mantengan unidas»; «que desde nuestra condición urbana y cosmopolita nunca olvidemos los campos de España ni el medio rural»; «que no aparezcan la ira ni la discordia en nuestras calles», o «que se preserven los destinos de España». «Y que quienes tenemos la responsabilidad de gobernar, a mí el primero, nos recordéis todos los días el consejo de vuestro Hijo: “Si alguno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos”», ha concluido.