Con motivo del 400 aniversarioo de la canonización del patrón de Madrid, san Isidro Labrador, la Santa Sede ha concedido la celebración de un Año Santo. Entre las principales celebraciones, estos días se está exponiendo el cuerpo incorrupto del santo para la veneración de los fieles, algo que no ocurría desde 1985.
Desde la gran apertura del arca de san Isidro en 1896, cunado el cuerpo fue colocado en el presbiterio de la real colegiata, bajo dosel y con especial ornamento, para pedir por la lluvia y el final de la guerra de Cuba, se ha vuelto a abrir en ocasiones muy especiales.
1922
En el III centenario de la canonización de san Isidro, el cuerpo fue expuesto en la capilla de la Soledad de la entonces catedral de San Isidro. Este suceso quedó inmortalizado en varias fotografías que fueron divulgadas en los diarios de la época. En ellas aparecen el obispo de Madrid, monseñor Prudencio Melo, el alcalde, el conde del Valle de Suchil, y otras autoridades abriendo la urna de plata con el cuerpo de san Isidro. A adorar al santo acudieron el rey Alfonso XIII y su madre, María Cristina.
En la prensa, también se publicó que, debido al gran número de feligreses que se acercaba a venerar la reliquia, se tuvo que prolongar su exposición durante varios días más: «Por acuerdo del Cabildo, tomado en vista del gran número de fieles que todavía no ha podido desfilar por la catedral ante el cuerpo de San Isidro, a pesar de la “cola” constante que todos estos días hubo sin interrupción, el santo continuará expuesto a la veneración hasta el próximo día 28, pudiendo ser visitado de siete de la mañana a siete de la tarde» (Diario de la Marina, 22 mayo de 1922).
1929
En esa ocasión fueron pocas las personas que pudieron contemplar el cuerpo del santo y «admirar el prodigio de su incorrupción», pues el sepulcro solo se abrió para extraer una pequeña reliquia de una pierna, que había sido solicitada para una ciudad, de nombre San Isidro, en la provincia de Buenos Aires (Argentina), fundada por el madrileño Domingo de Acasuso. Ramiro de Maeztu, por aquel entonces embajador de España en Argentina, tuvo el honor de ofrendar esa reliquia en nombre del pueblo de Madrid. En las páginas de la Revista Hispanoamericana de Ciencias, Letras y Artes, se recogió esta anécdota.
Una vez abierta la urna, el doctor Fons «procedió a realizar la operación con un bisturí, que es una alhaja antigua de mucho valor, extrayendo, no sin grandes esfuerzos, un esguince de un centímetro por dos milímetros de espesor de la parte correspondiente a una tibia».
Desgraciadamente, esta sería la última vez que se abrió la urna exterior, la regalada por el gremio de plateros de Madrid en 1620, con motivo de las fiestas de la beatificación del patrón, pues años después sería destruida.
1936-39
El 23 de marzo de 1936, en vista de los disturbios que se estaban sucediendo en Madrid, el obispo, monseñor Leopoldo Eijo Garay, para salvar de la destrucción los cuerpos de san Isidro y de santa María de la Cabeza, mandó ocultarlos en el hueco de una pared de la entonces catedral. Las dos arcas de plata permanecieron en el retablo de iglesia, pero vacías. Estos hechos quedaron testimoniados por escrito, acta que se conserva en el archivo catedralicio.
COPIA AUTORIZADA – 23 MARZO 1936
Esta caja, que contiene el cuerpo de San Isidro Labrador, ha sido trasladada en el día de hoy, justamente con la que guarda el cráneo y huesos de su Esposa Santa María de la Cabeza, del Altar Mayor de la Santa Iglesia a este túnel, situado a la derecha de la escalera de bajada al Salón de Actos, para ponerlas a salvo de algún posible incendio, dados los que en días anteriores ha habido en las iglesias de San Luis y Padres Trinitarios de Madrid y otros frustrados en la misma capital, pero realizados en otras poblaciones de España.
Y para que conste, y por acuerdo del Excmo. Prelado y Cabildo Catedral firmamos la presente en Madrid, a 23 de marzo de 1936.
Fue firmado por el deán, el chantre, el penitenciario, el canciller prefecto de Ceremonias y el canciller secretario accidental.
Acabada la guerra civil se pensó que el cuerpo de san Isidro habría desaparecido en el incendio de la catedral, el obispo dio testimonio de la ocultación del patrono en un determinado lugar del templo y citó a las autoridades y levantó acta, recogida por Juan Martínez, canónigo y director de la Academia de San Dámaso en 1933:
COPIA AUTORIZADA DEL ACTA DE APERTURA – 13 MAYO 1939
Si bien ya con anterioridad, el 30 de mazo el obispo ya lo había visto y vio que todo se mantenía como antes: Reunidos el Excmo. Sr. Obispo (D. Leopoldo Eijo y Garay) con las Autoridades, que con él firman el presente testimonio, y dirigiéndose todos juntos a la habitación en que se veneraba la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y la puerta que desde el crucero la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y la puerta que desde el crucero del lado del Evangelio da acceso a la antesacristía, una vez llegados a dicha habitación, señaló el Sr. Obispo, un pequeño arco de piedra cerrado con un tabique de ladrillos, y dijo que detrás de aquel tabique y en la bóveda que formaba con su prolongación dicho arco habían sido escondidas a os últimos días de marzo de 1936, las sagradas reliquias de San Isidro Labrador y de su esposa Santa María de la Cabeza.
Empieza el acto del descubrimiento del Santo Cuerpo con preces que dirige el Sr. Obispo, y después a continuación su sentida y emocionada palabra a numerosa concurrencia de Autoridades y pueblo. Detalla el Sr. Obispo las razones que tuvo para ordenar el ocultamiento de tan rico tesoro. Llama el Sr. Obispo providencial y aun milagrosa la salvación de las cenizas del Santo Patrono de Madrid.
[…] Abierta la bóveda, entra en ella el Sr. Alcalde y entrega los florones de plata que adornan la urna, las reliquias de Santa Maria y el acta que acompañaba el Santo Cuerpo que lee el Sr. Obispo.
[…] Se saca el cuadro del Divino Morales y la urna del Santo que se disputan las Autoridades y fieles por transportar al Altar Mayor.
Se coloca el Cuerpo en medio del Templo ante un altar eventual. El Sr. Obispo presenta las llaves que le han traído para abrir la urna; pero en vista de la imposibilidad del hacerlo, se procede a descerrajarla. […] Descubierta la urna aparece el Cuerpo incorrupto, momificado.
[…] Se cubre con una tapa de cristal y se precinta con una cinta de seda blanca, cuyos extremos se lacran con el sello del Sr. Obispo. En esta forma queda expuesto el Cuerpo del Santo a la vista y veneración de sus fieles madrileños. El coro anta el himno del Santo y el Sr. Obispo de Pontifical, inciensa el Cuerpo de Santo y de la bendición al pueblo.
Además, en el archivo catedralicio se guarda un documento con el texto transcrito del pergamino que se asegura fue guardado junto al cuerpo del santo durante la guerra civil: «Esta caja que contiene el Cuerpo de San Isidro Labrador, ha sido trasladada en el día de hoy, juntamente con la que guarda en cráneo y huesos de su esposa Santa María de la Cabeza, del altar mayor de la San Iglesia Catedral a este túnel, situado a la derecha de la escalera de bajada al Salón de Actos, para ponerlas a salvo de algún posible incendio, dados los que en día anteriores ha habido en las iglesias de San Luis y Padres Trinitarios de Madrid y otros frustrados en la misma capital, pero realizando en otras poblaciones de España. Y para que conste, y por acuerdo del Excmo. Prelado y Cabildo Catedral firmamos la presente en Madrid, a 23 de marzo de 1936». Fue firmado por el deán, el chantre y el penitenciario.
Ya en el mes de julio de ese mismo año, el día 19, la iglesia de San Isidro fue incendiada y el retablo y las arcas de los santos, destruidas. Transcurridos los casi tres años de contienda, el 13 de mayo de 1939, se procedió al descubrimiento de los restos ocultos. Y en la colegiata, aún en ruinas, se expusieron a la pública veneración.
1947
Madrid sufrió una gran sequía y de nuevo volvió a descubrirse la urna para que el cuerpo de san Isidro volviera a ser expuesto y sacado en procesión. Recogemos la crónica que años después se publicó en el periódico la Hoja Oficial del Lunes de Madrid (23 noviembre de 1959):
La última vez que vieron los madrileños el cuerpo incorrupto de su santo Patrono, rodeado por una guirnalda de flores, fue en 1947, cuya primavera, sin lluvias y sin temperaturas beneficiosas para el campo, anunciaba una cosecha desastrosa.
Los millares de fieles que pasaron por delante de la urna donde San Isidro reposaba con una mantilla de tisú azul, bordada en oro, con las armas de la Villa, colocada encima de su vientre, se dieron cuenta perfectamente de la gigantesca estatura que debió de tener el venerado labrador. Ahora a pesar de la contracción de la columna vertebral y los cartílagos articulares, la momia del santo mide 1,75 metros de longitud. […]
En 1947, el patrono de Madrid fue llevado en procesión, pobló los cielos de nubes y trajo de nuevo la lluvia sobre nuestras sementeras. Y su cuerpo, como todas las veces que ha sido expuesto públicamente, despedía ese aroma inefable, ese milagroso olor de santidad que, siendo tan fuerte, no se percibe por el olfato.
Con estas letras se describía el estado en que se encontraba la reliquia: «Estaba San Isidro tendido en la urna y perfectamente momificado. Habían desaparecido algunas partes cartilaginosas y algunos trozos de piel; debajo de los cerrados párpados, sus ojos se conservaban normales. Los brazos, cruzados sobre el pecho, atados con una cinta de seda; el trono y las extremidades, cubiertos de venerada carne momificada; el cuello, alto y grueso, por el que discurrían los robustos tendones, y todo él cubierto de dulzura y serenidad».
1945 y 1962
En los años 1945 y 1962, el cuerpo de san Isidro fue llevado en procesión por las calles de Madrid, aunque sin ser descubierto, como rogativa para impetrar, por su intercesión, el beneficio de la lluvia, muy necesaria para los campos. Y en junio de 1962 fue llevado al recinto de la Feria Internacional del Campo, donde se ofició una Misa en presencia de miles de personas.
1969
Con motivo del 350 aniversario de la beatificación (14 de junio de 1619) fue descendido del altar y expuesto públicamente en el presbiterio de la catedral madrileña. En esta ocasión, también se conmemoraban los 200 años en que el cuerpo fue trasladado de la parroquia de San Andrés a su futura y definitiva sede, la colegiata de San Isidro.
1972
Se repitió la apertura del féretro en los 800 años de su muerte, cuando los madrileños pudieron contemplar durante unos días, a través solo de un cristal, «la reliquia insigne, el cuerpo incorrupto y momificado de un madrileño, conocido hoy como San Isidro Labrador, patrón celestial de los agricultores españoles y de la Villa y Archidiócesis de Madrid».
1982
Una década después, coincidiendo con la celebración de los 900 años del nacimiento del santo labrador, volvió a abrirse su féretro y el cuerpo del santo estuvo expuesto a la veneración pública de los fieles, del 5 al 25 de mayo, en cumplimiento del decreto del entonces arzobispo, el cardenal Enrique y Vicente Tarancón. Así quedó recogido por escrito, ofreciendo detalles sobre su estado de conservación:
Después de abrir las ocho cerraduras, levantaron el precinto que conservaba íntegro el sello de lacre, y luego de levantar asimismo el cristal que media entre la tapa de la caja y el cuerpo del Santo, descorrieron la rica sabanilla que lo cubre, y apareció el dicho cuerpo en el mismo estado en que había quedado al tiempo de la última apertura de la tan repetida caja: con un diente en la mandíbula inferior, un poco falto de piel en el cráneo, los brazos cruzados al pecho y recogidos con una cinta, pero desarticulado el brazo izquierdo por el codo; excepto a la mitad de las tibias de donde se ve que han sido extrahidas algunas reliquias, y la falta de tres dedos en el pie izquierdo y el último dedo en el pie derecho, el sagrado cuerpo está completo, y es su color obscuro y tiene la cabeza algo inclinada sobre el hombro derecho.
Tras ser descubierta «la sagrada Reliquia, el Canónigo Archivero invitado por el Ilmo. Sr. Arcipreste, rezó la oración del Padrenuestro y a continuación la antífona y la oración propia del Santo. Bien colocado el referido cristal protegiéndolo con papel celo, a fin de evitar que por las hendiduras entre él y la caja pudiera penetrar la humedad y que alguien con facilidad, y sin ser notado, lo levantase con piadosa o no piadosa intención, quedó expuesto el Santo Cuerpo a la veneración de los fieles […]».
El 25 de mayo de 1982 se procedió al cierre de la urna: «Procedieron a levantar el cristal que en la apertura de la caja había sido ajustado a la misma con papel celo, y después de echar en la caja polvos antihumedad, envolvieron el santo cuerpo en la rica sabanilla que tiene, y a continuación el Canónigo Archivero rezó la oración del Padrenuestro con la antífona y oración propia del Santo Labrador; colocado de nuevo en la forma en que estaba, el cristal dentro de la caja, los susodichos D. Benedicto Gómez Sánchez y D. Jesús Rus Aparicio con una cinta blanca precintaron la tan repetida caja, sellado con sello de lacre del Cabildo Catedral el precinto, y poniendo la tapa que fue cerrada en sus ocho cerradas y abierta con otra tira de cinta igual, con lo que se dio por finalizado el acto».
1985
Durante 15 días, del 5 al 20 de mayo, por el I centenario de la constitución de la diócesis Madrid-Alcalá, se mostró públicamente «glorioso cuerpo del Señor San Isidro Labrador» por última vez. Conservamos el acta provisional de la apertura del arca del 4 de mayo de 1985:
ACTA DE LA APERTURA DEL ARCA QUE CONTIENE EL SAGRADO CUERPO DE NUETRO SANTO PATRÓN, SAN ISIDRO LABRADOR – 4 DE MAYO DE 1985
El día 4 de mayo a las diez en punto de la mañana, con asistencia del Excmo. Sr. Arzobispo de Madrid-Alcalá, del Ilmo. Señor D. Salvador Muñoz Iglesias, Presidente del Cabildo Catedral y Consiliario de la Real Congregación, y de los Ilmo. Srs. D. Juan Palazón, D. Ricardo Urbano, D. Secundo Jiménez, Canónigos y D. Benedictino Sánchez, Beneficiado.
Excmo. Sr. D. Octaviano Alonso de Celis, Teniente Hermano Mayor de la Real Congregación., Ilmo. Sr. D. José Ángel de Ayala, Consiliario Seglar, D. Manuel Castillo, Secretario General. Congregantes Dña. Josefina de Lanceiro Albaladejo, D. Tomás Sáenz, D. Joaquín Vela, D. Pedro Osona, D. Delfín Delgado y los Sres. Rus y Zambrano.
Rezadas las oraciones de ritual, fueron levantados los precintos del arca y descubierto el Sagrado Cuerpo, que fue venerado y examinado por los presentes, asesorados por el Doctor en Medicina, D. José Ángel de Ayala Martínez. No se encontró en él novedad alguna, manteniéndose como reseñan las Actas anteriores.
El Sagrado Cuerpo, juntamente con el arca que contiene los restos de sus Santa Esposa, quedarán expuestos a la veneración de los fieles a partir del próximo domingo día 5 de mayo. De todo lo expuesto damos fe.
2022
En apertura del arca el pasado 21 de mayo, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, incidió en que «no estamos ante un cadáver, estamos ante Jesucristo vivo, de quien san Isidro fue testigo». Los fieles pueden acudir a la colegiata de san Isidro a venerar el cuerpo del patrón de Madrid hasta el 27 de mayo, en horario de 8:00 a 21:00 horas.
El mismo 27, a las 21:00 horas, irá en procesión a la catedral, donde se celebrará una vigilia de oración a las 22:00 horas. El 28 de mayo a las 11:00 horas habrá una Misa en la catedral y después volverá en procesión a la colegiata, donde el 29 habrá una Misa del peregrino, a las 12:00 horas, y se procederá a la solemne clausura del arca tras las vísperas, que darán comienzo a las 18:00 horas.
Coincidiendo con la exposición del cuerpo incorrupto del patrón de Madrid, Medios del Arzobispado ha puesto en marcha un nuevo apartado en la web diocesana en el que se incluyen las celebraciones programadas, noticias, fotografías y vídeos, artículos y otros materiales. Para visitarla se puede usar el dominio jubileosanisidro.archimadrid.es.