Los jóvenes de Madrid se dieron cita el pasado viernes, 1 de julio, en la catedral de la Almudena, en la última vigilia de oración antes de las vacaciones. Un tiempo, les dijo el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, en el que «estamos invitados a la misión». En su meditación, el purpurado les recordó que el fin de esta misión es «mostrar con los hechos y la vida lo que anuncia la Palabra», y a ella Dios no envía en solitario, «sino en compañía», como «amigos y como hermanos».
«La mies es abundante; los obreros, pocos», recordó tomando las palabras del Evangelio que se iba a proclamar el domingo. Ante una Europa «que a veces se descristianiza» y una sociedad que se presenta como «agresiva, competitiva, defendiéndose y atacando», en la que existe «resentimiento», los cristianos «estamos llamados a vivir de tal manera que toda persona pueda descubrir que la vida, a pesar de todo, es buena».
En la misión, Jesús no quiere que los discípulos lleven nada ni den nada, sino que sean «testigos de Alguien», sin apoyarse en los poderes del mundo. Testigos de la paz de Jesucristo, de su amor, de su entrega, de su servicio… «La paz es la buena noticia que tenemos que anunciar», y la paz «no son unas palabras, la paz es una persona»: Jesucristo. Y abundó: la tarea de contagiar la paz de Cristo «no es repartir estampas», sino «dar su amor», ser testigos de su Persona.
Curar heridas
El purpurado animó a los jóvenes a escuchar a las personas y a curar sus heridas de soledad, pobreza… «Cuando dejamos entrar al Señor en nuestra vida», aseguró, «somos más libres, más capaces de dar la vida al otro». Con la «fuerza liberadora de Jesucristo» y junto a Él caen «esos falsos valores en los que a lo mejor está montándose la vida en nuestra sociedad». Jesús invita «a una profunda confianza en Él» y da fuerza «para superar todo aquello que envenena nuestras vidas»: orgullo, poder, soberbia… La verdadera alegría, concluyó, «está en Jesucristo»; «no puede haber ninguna alegría verdadera fuera de Él».
El arzobispo de despidió de los jóvenes emplazándolos a verse en Santiago de Compostela, en la Peregrinación Europea de Jóvenes, del 28 de julio al 7 de agosto.