El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha presidido este viernes, 15 de julio, la Misa funeral por Antonio Astillero, fallecido el pasado 13 de julio en el Hospital La Milagrosa de Madrid. La ceremonia se ha celebrado en la cripta de la catedral de Santa María la Real de la Almudena, de la que Astillero fue párroco entre 1995 y 2016. Allí ha ha sido el velatorio estos dos días, y allí ha recibido sepultura, en una de las capillas laterales, al concluir la Eucaristía.
Durante su homilía, el arzobispo de Madrid ha destacado el «compromiso intachable al servicio de la Iglesia» de un hombre reconocido «por la de trabajo que ha desarrollado aquí en Madrid». En él, Dios «ha manifestado su amor», y en él todo, desde «los más pobres» hasta los menos, «encontraron a un sacerdote amigo de Dios que quiso pasar por la vida haciendo el bien».
El purpurado ha definido a Astillero utilizando unas palabras que él mismo utilizó en una de sus últimas intervenciones en los micrófonos de COPE: «Todo lo que he hecho ha sido con mucho amor y entrega al Señor, siempre para alabanza de su gloria, no de los demás, no mía sino suya». Ese «amor y experiencia de los demás» lo puso Astillero «al servicio de los demás».
«Dejó complicarse la vida»
Fueron muchas las responsabilidades que asumió en la diócesis de Madrid, ha relatado el arzobispo: entre otras, párroco de Nuestra Señora de Delicias, el hombre a través del cual «se pudo ver levantada nuestra catedral de la Almudena», deán del primer templo de Madrid, vicario episcopal en diversas funciones… «Dejó complicarse la vida», ha afirmado el cardenal Osoro. En ese servicio a «los diversos obispos que han pasado por Madrid», Astillero «nunca ha mirado para sí mismo»; más bien siempre miró «al anuncio de Nuestro Señor».
El purpurado ha querido agradecer al Dios «haber podido ver el relato de su existencia sacerdotal». «Que el Señor recompense a este sacerdote», ha concluido su homilía, en una Misa en la que ha estado acompañado por los obispos auxliiares de Madrid monseñor José Cobo y monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, junto al obispo emérito de Ávila, monseñor Jesús García Burillo. También han concelebrado el actual deán de la catedral, Jorge Ávila, el vicario general de la diócesis, Avelino Revilla, el canciller secretario, Alberto Andrés, y varios vicarios episcopales.
El de Antonio Astillero ha sido un «último adiós marcado por la gratitud y el reconocimiento hacia una vida sacerdotal gastada por el servicio a Dios y a la Iglesia». Así lo ha afirmado el arzobispo de Madrid instantes antes del sepelio, ante los familiares de Astillero y los numerosos amigos que se han congregado en la cripta. En el mes de septiembre se celebrará otra Misa funeral por su eterno descanso en la catedral de la Almudena.