Una de las piezas más emblemáticas del Museo Catedral de la Almudena es la custodia ostensorio de 1693, propiedad de la Congregación de Esclavos de la Virgen de la Almudena. Las piedras preciosas unidas a los esmaltes que la adornan y el sobresaliente trabajo que realizaron los plateros Manuel Manso y Damián Zureño la convierten en una pieza especial de orfebrería de la colección del museo.
Desde su confección, la congregación siempre se refirió a ella con especial interés, considerándola como una de sus alhajas más importantes, pues sin duda es demostración material de la especial devoción al Santísimo Sacramento que existió entre los esclavos de la Almudena. Para conocer más datos sobre el pasado de la pieza, resultan muy útiles las inscripciones que se encuentran en el reverso del pie. Allí podemos leer las siguientes frases: «ESTA QUSTODIA LA IÇO DAMIAN ZUREÑO AÑO 1693», «SE RENOVÓ POR VYCENTE ALARCÓN AÑO 1794» y «SE RENOVÓ EL 25 DE JULIO 1878».
Una frase más, la última, nos acerca a la historia más reciente de esta custodia, donde se hace referencia a su robo en 1936, y su posterior recuperación: «ESTA CUSTODIA FUE ROBADA EN AGOSTO DE 1936 DURANTE LA GUERRA CIVIL SIENDO RECUPERADA EN FEBRERO DE 1943».
Según los testimonios de la época, al comienzo de la contienda, la custodia se encontraba escondida en la casa del coadjutor de la parroquia de Nuestra Señora de la Almudena, el sacerdote Justo Flores Catalina. Don Justo era también secretario de la Real Esclavitud y, por ello, siguiendo lo dispuesto en los estatutos, quiso poner a salvo la custodia.
Un grupo de milicianos saquearon la cripta y, al no encontrar la custodia, acudieron al domicilio de don Justo, en la calle Mayor 80, en busca de una «rica custodia». Obligado a entregarla, junto con el dinero que tenía, finalmente fue detenido, y posteriormente asesinado muy de mañana en la tapia del cementerio de San Isidro. Era un 19 de agosto de 1936.
En 1943 la pieza fue devuelta y formó parte de una exposición que se realizó en la Biblioteca Nacional de los bienes recuperados después de la guerra.
¿Qué conocemos sobre este sacerdote?
Justo Flores nació el 29 de febrero de 1886 en Codes (Guadalajara). Tras realizar los estudios sacerdotales, fue ordenado en Toledo en 1911 de manos del cardenal Gregorio Aguirre García. El 18 de junio de ese año celebró su primera Misa en la iglesia de las Jerónimas del Corpus Christi (las Carboneras) de Madrid. De este monasterio, años después, fue su capellán. Además, impartió clases en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús y fue secretario de la Asociación del Culto Perpetuo a San José de la Montaña.
Poco después, en 1919 y hasta su muerte, ocupó el cargo de coadjutor de la parroquia de Santa María de la Almudena. Queremos destacar que, ya como secretario de la congregación, impulsó durante muchos años la fiesta de la patrona, como leemos en la reseña del periódico La Libertad (29 de agosto de 1930): «El presbítero don Justo Flores Catalina, secretario de la Congregación de Nuestra Señora de la Almudena, Patrona de Madrid, ha tenido la atención de invitarnos a los cultos dispuestos para los días 7 y 8 de septiembre de septiembre próximo. El día 7 a las seis y media de la tarde, habrá procesión, que desde la iglesia parroquial de Santa María, recorrerá las calles Mayor, San Felipe Neri, Hileras, Arenal, Felipe V, plaza de Oriente y Bailén. La nueva imagen de la Virgen de la Almudena llevará un manto regalo de Isabel II. El día 8 se celebrará una función religiosa que desde 1646 costea el Ayuntamiento de Madrid».
En el archivo de la catedral se conserva una fotografía de estos años, donde aparece la Virgen de la Almudena procesionando por las calles de Madrid el día de su fiesta, y en la esquina inferior derecha, reconocemos, sin duda, a don Justo.
Por estas fechas, en el diario ABC (19 de septiembre de 1930) se recogía la noticia de cómo don Justo, en nombre de la Junta de la Real Esclavitud, hacía pública la petición de iniciar una suscripción entre los madrileños para construir una carroza para la patrona:
Suscripción para costear una carroza a la Virgen de la Almudena
El secretario de la Real e Ilustre Congregación de Esclavos de Nuestra Señora de la Almudena, Patrona de Madrid, don Justo Flores Catalina, nos envía un en nombre de la Junta de Gobierno de la misma, la siguiente nota:
A partir de la fecha memorable del día 8 de diciembre, con la grandiosa procesión iniciada por el reverendísimo prelado de la diócesis, en que una vez más puso de manifiesto su amor a la Patrona de Madrid, Nuestra Señora de la Almudena, así como la caballerosidad de los seglares naturales de Madrid, cediendo su magnífica carroza, no cesan los fieles de poner de manifiesto sus deseos de que se inicie una suscripción, a la que cooperarán todos los madrileños con objeto de que se haga una carroza para la Patrona de Madrid.
Con motivo de la procesión celebrada el día 7 de septiembre por la Real Esclavitud, en la que exteriorizaron los madrileños su devoción con su asistencia, mayor es la insistencia de los fieles.
No podemos permanecer callados ante estas manifestaciones y por medio de la prensa contestamos y notificamos a todos que desde este momento queda abierta la suscripción para hacer una carroza a la Virgen de la Almudena, Patrona de Madrid.
Madrileños: cumplidos quedan vuestros deseos; pero al mismo tiempo quisiéramos que todas las señoras de Madrid formasen parte de la Corte de Honor, tomando media hora al mes para acompañar a su Patrona, y los caballeros siquiera los domingos, formen su Corte de Honor, haciendo guardia ante el altar de su Patrona.
Los donativos, así como las inscripciones se pueden hacer en la sacristía de la parroquia de la Almudena, Mayor, 94.
Más aún, su profunda devoción a la Virgen de la Almudena y su espíritu evangelizador quedaron de manifiesto en su desempeño como consiliario de la Juventud Católica de Nuestra Señora la Real de la Almudena (El Siglo Futuro, 11 de junio de 1934): «Por la mañana tuvo lugar una solemne Misa cantada, en la que el consiliario don Justo Flores expresó en el sermón el gozo que produce ver a una sana juventud que empieza a sembrar la semilla del bien; les animó a no interrumpir la labor comenzada con tanto entusiasmo, ya que ellos son los destinados a ejercer el apostolado entre los jóvenes. Después de la Misa […] se repartieron abundantes comestibles a los necesitados de la parroquia».
Causa abierta
Justo Flores Catalina actualmente se encuentra incluido en una de las causas de mártires del siglo XX de la diócesis de Madrid, en particular, en la causa de Timoteo Rojo Orcajo, sacerdote, y 60 compañeros sacerdotes, por declaración de martirio.
El proceso diocesano de 140 siervos de Dios, que se divide en tres causas, fue abierto en una solemne ceremonia, presidida por el cardenal Carlos Osoro, en la catedral de la Almudena, el pasado 12 de diciembre. Todos los detalles sobre el proceso y sus protagonistas los podemos encontrar en esta página web de la diócesis.
Con todo ello no hay duda de que don Justo sigue siendo parte de la vida y de la historia de la Iglesia en Madrid, y con estas líneas de hoy queremos hacerle un cariñoso reconocimiento.
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