«Hoy necesitamos apostar por la familia. Necesitamos descubrir la grandeza de la familia. Necesitamos contemplar a la familia de Nazaret, prototipo de unos padres y un hijo que se aman, cuya medida de la existencia está en el amor que se tienen». Así lo aseguró el cardenal Carlos Osoro el pasado viernes, 30 de diciembre, en la Almudena con motivo de la fiesta de la Sagrada Familia.
En una «cultura individualista», que «rehúye en muchas ocasiones la relación responsable» y en la que se reduce el amor a «un sentimiento placentero» o se ve «como posesión y no como entrega generosa y absoluta», el arzobispo de Madrid explicó que «la familia es la que nos proporciona la experiencia base de la convivencia en el amor, en el respeto a las diferencias, en la ayuda mutua, en la tolerancia…». «La familia de Jesús es también para nosotros mediación para abrirnos a la gran familia humana de los hijos y de las hijas de Dios», aseveró.
Con una alusión al lema de la jornada, La familia, cuna de la vocación al amor, recordó que el mismo «Jesús fue educado, creció, recibió amor, aprendió, trabajó, adquirió valores en el ambiente de la familia corriente que era la familia de Nazaret». «La familia de Nazaret es lugar del encuentro humano, es experiencia de vida y de ternura, es un signo luminoso de Dios con nosotros; sí, en Jesús se revela que Dios está con nosotros», añadió.
Un niño amenazado
Asimismo, deteniéndose en el Evangelio proclamado en el que el ángel dice a José: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo», el purpurado detalló que «Dios nos invita a ponernos manos a la obra» y que, «en medio de la inseguridad de nuestra vida, el ángel del Señor es un apoyo y una luz».
Esta escena, prosiguió, «pone de relieve el drama humano de la familia de Nazaret, que debe huir del país como tantas familias hoy». «Desde niño, Jesús ha vivido amenazado como tantos niños y niñas amenazados hoy por el hambre, la miseria, las guerras o los abusos. El Dios que nace en Belén es uno de esos niños».
Bendición de familias
Antes de la Misa, en la que concelebraron el obispo auxiliar monseñor José Cobo y el vicario general, Avelino Revilla, y estuvieron presentes los delegados de Laicos, Familia y Vida, María Bazal y José Barceló, el arzobispo bendijo a centenares de familias a los pies de la Virgen de la Almudena. Les pidió que colocaran en el centro de su vida a Jesucristo para ser «artesanos de la paz, del perdón, del amor».
Materiales de la CEE
- Estampa
- Mensaje de los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida
- Folleto para orar en familia esta Navidad