«Estemos atentos a los signos de Dios en nuestra vida. El legado de san Juan Pablo II es una llamada a seguir construyendo puentes y comunidades vivas en la fe». Con estas palabras, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha recordado en su homilía al Papa Juan Pablo II en la tarde de este 22 de octubre, durante una misa en la catedral de la Almudena en el día de la festividad litúrgica del Papa polaco.
El arzobispo de Madrid ha destacado la importancia de vivir en vigilia y reconocer la presencia de Dios en los momentos cotidianos. En sus palabras, ha destacado que cada día la Palabra de Dios «nos ha iluminado y nos ha dado la oportunidad de ofrecer nuestra vida y preocupaciones a través de la Eucaristía». Además, ha recordado lque somos parte de una historia «más grande»: «Una comunidad que incluye a quienes nos han precedido, como san Juan Pablo II, un Papa constructor de puentes». También ha mencionado que la Iglesia, al igual que la catedral, «debe ser un espacio de acogida y entendimiento, donde no haya divisiones, sino unidad y fraternidad».
Asimismo, ha invitado a los fieles a reflexionar sobre el paso de Dios en su vida diaria, ya que Dios «se ha manifestado de manera sencilla y a veces incluso en su aparente ausencia». Por ello, ha exhortado «a estar vigilantes y agradecidos por aquellos que, como san Juan Pablo II, nos han precedido en la fe». Por último, ha animado a ofrecer los momentos en los que recientemente «hemos podido descubir la presencia de Dios, pidiéndole un corazón vigilante y dispuesto a la misión».
Un Papa que visitó Madrid tres veces durante su pontificado
La impronta del Papa santo es destacada en la ciudad de Madrid, destino que visitó tres veces durante su pontificado. La primera fue en 1982, en su primer viaje apostólico a España. Once años después volvió para dedicar la catedral de Santa María la Real de la Almudena y canonizar a Enrique Ossó. La última visita fue en 2003. Se encontró con los jóvenes en Cuatro Vientos –por quienes pidió para que fueran «apóstoles humildes y valientes del tercer milenio»–, y canonizó a Pedro Poveda, José María Rubio, sor Ángela de la Cruz, madre Maravillas de Jesús y Genoveva Torres. El Papa se despidió con un «hasta siempre, tierra de María».
Además, muchos templos de Madrid poseen reliquias suyas. Destaca entre todos ellos la propia catedral de la Almudena, en la que hace dos años se inauguró una capilla dedicada al santo. Situada junto a la sacristía mayor, es una alusión al primado de Pedro, a la Iglesia y a la santidad. En uno de los rombos que forman las paredes, y en las que se incluyen imágenes del Pontífice, se ha incorporado el relicario con la ampolla de sangre del Papa, que fue un regalo del cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario de Juan Pablo II, con motivo de la JMJ Madrid 2011.
Otras reliquias en Madrid
Otras iglesias de Madrid también contienen reliquias del santo, como sucede con las que guarda la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Pozuelo. «La mejor donación» que haba recibido en los últimos tiempos fue gracias a la esposa de un piloto de Iberia, que contaba con reliquias de uno de los viajes del Papa a España. Entre ellas, un autógrafo suyo, el reposacabezas, la servilleta que utilizó y los billetes (en la imagen inferior).
En Santa María la Blanca, situada en Montecarmelo, se expone permanentemente en el presbiterio, a la izquierda del altar, un trozo de tejido impregnado de la sangre del Papa. Se puede ir a venerar siempre, especialmente este día en el que desde la parroquia se anima a rezar ante estos restos.
Y en la parroquia de Las Tablas —San Pedro Poveda y Santa Soledad Torres Acosta— se bendijo hace dos años el relicario del Papa polaco, representado como peregrino, que custodia la reliquia de Wojtyla. La parroquia, que precisamente acoge a la comunidad católica polaca de Madrid, la situó en la parte izquierda del presbiterio, junto al sagrario, y allí se puede venerar de manera permanente.