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APERTURA EN LA CATEDRAL DE LA ALMUDENA EL 29 DE DICIEMBRE DE 2024/2025 A LAS 12,HORAS

Invito a toda la comunidad diocesana a «vivir el Año Jubilar como una oportunidad para profundizar en la fe, participar más intensamente en los sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía, y realizar obras de misericordia». 

Puesto que el papa Francisco nos ha invitado a ser Peregrinos de Esperanza. Nosotros, redescubramos la importancia de la esperanza en la vida cristiana y nuestro papel como peregrinos en camino hacia la plenitud de la vida en Cristo». Que «la esperanza en verdad sea el motor que nos mueve y el desarrollo de la vocación recibida en el bautismo el camino». Que el Año Jubilar nos sirva para «adentrarnos en esa vivencia gozosa de Dios».

Participemos, «a lo largo de este nuevo curso en todos los encuentros programados para el Año Jubilar, siendo peregrinos y testigos de la virtud teologal de la Esperanza. Que la experiencia de Dios vivida por medio de su acción amorosa nos dé la entrañable gracia divina que discretamente presiona para que realicemos su sueño, mientras otorga un horizonte infinito a la vida del ser humano y pone por meta y término a Dios mismo».

+ Don José, cardenal Cobo Cano.
Arzobispo de Madrid

Horarios Catedral

El Cardenal-Arzobispo de Madrid ha dispuesto que la Catedral es el único templo jubilar en la archidiócesis.
La catedral estará abierta y disponible para todos los peregrinos durante el 2025.
Este año no hay puerta jubilar en la catedral, para ganar el jubileo basta con peregrinar a la catedral como se explica en el material complementario.

Apertura y cierre

Todos los días desde las 10:00 horas hasta las 20:30 horas.

Horario de Confesiones

Todos los días de las 10:30 a 13:30 horas y de 17:00 a 20:00 horas.

Horario de Misas

De lunes a viernes a las 11:0012:00(Misa del Peregrino) y 19:00 horas.

Sábados y Domingos a las 12:00 (Misa del Peregrino), 18:00 y 19:00(Misa del Peregrino) horas.

Cartel Anunciador – General

Oración del Jubileo

Padre que estás en el cielo,

la fe que nos has donado en

tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,

y la llama de caridad

infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,

despierten en nosotros la bienaventurada esperanza

en la venida de tu Reino.

Tu gracia nos transforme

en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio

que fermenten la humanidad y el cosmos,

en espera confiada

de los cielos nuevos y de la tierra nueva,

cuando vencidas las fuerzas del mal,

se manifestará para siempre tu gloria.

La gracia del Jubileo

reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,

el anhelo de los bienes celestiales

y derrame en el mundo entero

la alegría y la paz

de nuestro Redentor.

A ti, Dios bendito eternamente,

sea la alabanza y la gloria por los siglos.

Amén

Carta del Papa Francisco

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

A S.E. MONS. RINO FISICHELLA PARA EL JUBILEO 2025

Al querido hermano

Monseñor Rino Fisichella

Presidente del Pontificio Consejo

para la Promoción de la Nueva Evangelización

El Jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia. Desde que Bonifacio VIII instituyó el primer Año Santo en 1300 —con cadencia de cien años, que después pasó a ser según el modelo bíblico, de cincuenta años y ulteriormente fijado en veinticinco—, el pueblo fiel de Dios ha vivido esta celebración como un don especial de gracia, caracterizado por el perdón de los pecados y, en particular, por la indulgencia, expresión plena de la misericordia de Dios. Los fieles, generalmente al final de una larga peregrinación, acceden al tesoro espiritual de la Iglesia atravesando la Puerta Santa y venerando las reliquias de los Apóstoles Pedro y Pablo conservadas en las basílicas romanas. Millones y millones de peregrinos han acudido a estos lugares santos a lo largo de los siglos, dando testimonio vivo de su fe perdurable.

 El Gran Jubileo del año 2000 introdujo la Iglesia en el tercer milenio de su historia. San Juan Pablo II lo había esperado y deseado tanto, con la esperanza de que todos los cristianos, superadas sus divisiones históricas, pudieran celebrar juntos los dos mil años del nacimiento de Jesucristo, Salvador de la humanidad. Ahora que nos acercamos a los primeros veinticinco años del siglo XXI, estamos llamados a poner en marcha una preparación que permita al pueblo cristiano vivir el Año Santo en todo su significado pastoral. En este sentido una etapa importante ha sido el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que nos ha permitido redescubrir toda la fuerza y la ternura del amor misericordioso del Padre, para que a su vez podamos ser sus testigos.

 Sin embargo, en los dos últimos años no ha habido país que no haya sido afectado por la inesperada epidemia que, además de hacernos ver el drama de morir en soledad, la incertidumbre y la fugacidad de la existencia, ha cambiado también nuestro estilo de vida. Como cristianos, hemos pasado juntos con nuestros hermanos y hermanas los mismos sufrimientos y limitaciones. Nuestras iglesias han sido cerradas, así como las escuelas, fábricas, oficinas, tiendas y espacios recreativos. Todos hemos visto limitadas algunas libertades y la pandemia, además del dolor, ha despertado a veces la duda, el miedo y el desconcierto en nuestras almas. Los hombres y mujeres de ciencia, con gran rapidez, han encontrado un primer remedio que permite poco a poco volver a la vida cotidiana. Confiamos plenamente en que la epidemia pueda ser superada y el mundo recupere sus ritmos de relaciones personales y de vida social. Esto será más fácil de alcanzar en la medida en que se actúe de forma solidaria, para que las poblaciones más desfavorecidas no queden desatendidas, sino que se pueda compartir con todos los descubrimientos de la ciencia y los medicamentos necesarios.

 Debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras. El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente. Por esa razón elegí el lema Peregrinos de la Esperanza. Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna. Pienso especialmente en los numerosos refugiados que se ven obligados a abandonar sus tierras. Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas en este tiempo de preparación al Jubileo que, según el mandato bíblico, devuelve a cada uno el acceso a los frutos de la tierra: «podrán comer todo lo que la tierra produzca durante su descanso, tú, tu esclavo, tu esclava y tu jornalero, así como el huésped que resida contigo; y también el ganado y los animales que estén en la tierra, podrán comer todos sus productos» (Lv 25,6-7).

 Por lo tanto, la dimensión espiritual del Jubileo, que nos invita a la conversión, debe unirse a estos aspectos fundamentales de la vida social, para formar un conjunto coherente. Sintiéndonos todos peregrinos en la tierra en la que el Señor nos ha puesto para que la cultivemos y la cuidemos (cf. Gn 2,15), no descuidemos, a lo largo del camino, la contemplación de la belleza de la creación y el cuidado de nuestra casa común. Espero que el próximo Año Jubilar se celebre y se viva también con esta intención. De hecho, un número cada vez mayor de personas, incluidos muchos jóvenes y adolescentes, reconocen que el cuidado de la creación es expresión esencial de la fe en Dios y de la obediencia a su voluntad.

 Le confío a Usted, querido hermano, la responsabilidad de encontrar las maneras apropiadas para que el Año Santo se prepare y se celebre con fe intensa, esperanza viva y caridad operante. El Dicasterio que promueve la nueva evangelización sabrá hacer de este momento de gracia una etapa significativa para la pastoral de las Iglesias particulares, tanto latinas como orientales, que en estos años están llamadas a intensificar su compromiso sinodal. En esta perspectiva, la peregrinación hacia el Jubileo podrá fortificar y manifestar el camino común que la Iglesia está llamada a recorrer para ser cada vez más claramente signo e instrumento de unidad en la armonía de la diversidad. Será importante ayudar a redescubrir las exigencias de la llamada universal a la participación responsable, con la valorización de los carismas y ministerios que el Espíritu Santo no cesa de conceder para la edificación de la única Iglesia. Las cuatro Constituciones del Concilio Ecuménico Vaticano II, junto con el Magisterio de estos decenios, seguirán orientando y guiando al santo pueblo de Dios, para que progrese en la misión de llevar el gozoso anuncio del Evangelio a todos.

 Según la costumbre, la Bula de convocación, que será publicada en su momento, contendrá las indicaciones necesarias para la celebración del Jubileo de 2025. En este tiempo de preparación, me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran “sinfonía” de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo. Oración, para agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación, que nos compromete a respetarla y a actuar de forma concreta y responsable para salvaguardarla. Oración como voz “de un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4,32) que se traduce en ser solidarios y en compartir el pan de cada día. Oración que permite a cada hombre y mujer de este mundo dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón. Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción. En definitiva, un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos.

 Pido a la Virgen María que acompañe a la Iglesia en el camino de preparación al acontecimiento de gracia del Jubileo, y con gratitud le envío cordialmente, a Usted y a sus colaboradores, mi Bendición.

 Roma, Basílica de San Juan de Letrán, 11 de febrero de 2022, Memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes.

Misas Jubilares en Santa María la Real de la Almudena

Apertura del año jubilar

Apertura del año jubilar.

Domingo, 29 de diciembre, a las 12:00 h. en la Catedral de la Almudena

Misa jubilar para la Vida Consagrada

Domingo, 2 de febrero, a las 12:00 h.

Misa jubilar para la Vida Consagrada

Domingo, 2 de febrero, a las 12:00 h.

Misa jubilar para los diáconos

Fecha evento: 23-02-2025 13:00

Misa jubilar para los diáconos

Domingo, 2 de febrero, a las 12,00 h.

Misa jubilar para los enfermos

  • Fecha evento: 06-04-2025 14:00

Misa jubilar para los enfermo

Domingo, 6 de abril, a las 12:00

Misa jubilar enseñanza, adolescentes y catequistas

Fecha evento: 26-04-2025 14:00

Misa jubilar enseñanza, adolescentes y catequistas

Sábado, 26 de abril, a las 12:00 h.

Misa jubilar para los discapacitados

Fecha evento: 30-04-2025 21:00

Misa jubilar para los discapacitados

Miércoles, 30 de abril, a las 19:00 h.

Misa jubilar para el mundo del trabajo

Fecha evento: 01-05-2025 12:00

Misa jubilar para el mundo del trabajo

Jueves, 1 de mayo, a las 10:00 h.

Misa jubilar para los sacerdotes

Fecha evento: 09-05-2025 13:00

Misa jubilar para los sacerdotes

Viernes, 9 de mayo, a las 11:00 h.

Misa jubilar para la comunidad china en Madrid

Fecha evento: 25-05-2025 14:00

Misa jubilar para la comunidad china en Madrid

25 de mayo de 2025 a las 12:00 h.

Misa jubilar para familias, niños y personas mayores

Fecha evento: 31-05-2025 22:00

Misa jubilar para familias, niños y personas mayores

Sábado, 31 de mayo, a las 20:00 hs

Misa jubilar para los misioneros

Fecha evento: 01-06-2025 14:00

Misa jubilar para los misioneros

Domingo, 1 de junio, a las 12:00

Misa jubilar para movimientos, asociaciones y nuevas comunidades

Fecha evento: 07-06-2025 21:00

Misa jubilar para movimientos, asociaciones y nuevas comunidades

Sábado, 7 de junio, a las 19:00 h.

Acto de envío de los jóvenes que peregrinan a Roma

Fecha evento: 25-07-2025 22:00 h.

Acto de envío de los jóvenes que peregrinan a Roma

Viernes, 25 de julio, a las 20:00 h.

Misa jubilar para las Hermandades y Cofradías

Fecha evento: 13-09-2025 21:00

Misa jubilar para las Hermandades y Cofradías

Sábado, 13 de septiembre, a las 19:00

Misa jubilar para la pastoral penitenciaria. Será en la cárcel de Soto del Real

Fecha evento: 24-09-2025 02:00

Misa jubilar para la pastoral penitenciaria. Será en la cárcel de Soto del Real.

Miércoles, 24 de septiembre

Misa jubilar para los migrantes

Fecha evento: 05-10-2025 02:00

Misa jubilar para los migrantes

Domingo, 5 de octubre

Misa jubilar para el área socio-caritativa

  • echa evento: 16-10-2025 02:00

Misa jubilar para el área socio-caritativa

Domingo, 16 de octubre

Misa de clausura en la diócesis del año jubilar

  • Fecha evento: 28-12-2025 01:00

Misa de clausura en la diócesis del año jubilar.

Domingo, 28 de diciembre

ARCHIDIOCESIS DE MADRID

Real Esclavitud de la Almudena

Somos una congregación viva que participa de manera activa en la vida de la Diócesis de Madrid, ya que su principal función es acercar al Señor a todas las personas, mostrándoles como mediadora para llegar a Él a la Santísima Virgen, en su advocación de la Almudena.