María se ha levantado a las 5:00 horas para iniciar la primera peregrinación a Santiago de Compostela de su vida. Está ilusionada, y aunque lo inmediato es que el sueño puede un poco –«Estoy deseando subir al autobús y dormir»–, prevé unos días que serán oportunidad de «conocer a mucha gente nueva». Forma parte de la veintena de chavales de la parroquia Nuestra Señora de los Arroyos, en El Escorial, que participan en la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ) a Santiago con la Delegación de Jóvenes de la archidiócesis de Madrid.
A primera hora de la mañana de este jueves, 28 de julio, partían desde la parroquia San Juan de la Cruz para comenzar en Porriño el Camino portugués. Con la delegación acuden 1.000 jóvenes, aunque se espera que sean un total de 2.500 los madrileños en Santiago, sumando los que acuden con sus movimientos o congregaciones religiosas. Está previsto que lleguen a Santiago el 3 de agosto, cuando comienza propiamente la PEJ, con la presencia de más de 11.000 jóvenes de toda Europa. Allí participarán en catequesis con obispos, festivales, talleres vocacionales, vigilias de oración, y se despedirán en la Misa de envío del día 7 de agosto.
Junto a María, que dice haberse apuntado al Camino «a través de unos amigos» y le gusta porque ha conocido a «gente muy abierta», está Carmen (ambas, en la foto inferior), guitarra al hombro, que ya ha peregrinado en otra ocasión pero esta es especial porque sueña «con que el grupo nos unamos más entre nosotros». Además, va con una petición expresa al apóstol: «Que no nos alejemos de la Iglesia y que volvamos con nuestro servicio en la parroquia reforzado».
Camino de fe y amor
A esa unidad de la que hablaba Carmen se ha referido el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, en su despedida y bendición a los jóvenes. En el Camino «construimos la fraternidad», les ha recordado. El Camino, ha abundado, marca la fe y el amor, y es expresión de adhesión a Jesucristo, como hizo el apóstol Santiago. «Que el Señor os dé la gracia de sentirle cercano y de sentir cercanos a todos los hombres, en la condición que estén».
«Feliz Camino de Santiago», ha animado a los jóvenes, que llenaban de nuevo el templo de San Juan de la Cruz como no sucedía desde antes de la pandemia. «Ha sido un momento de comunión de toda la diócesis», expresaba Pedro José Lamata, párroco de San Fulgencio y San Bernardo. «Así se hace diócesis, con el obispo y los jóvenes de distintas parroquias».
Y padres, que también había algunos despidiéndolos. Mariví tenía a cuatro hijos subidos al autobús. Y la quinta, porque tiene que trabajar; si no hubiera ido también. «Esperamos que sea para ellos un momento importante de convivencia, de compartir, de vivir la fe en comunidad».
Uno de ellos, Miguel (imagen inferior), trae a la memoria aquello que le sucedió hace un par de años, también en Santiago. «Tuve allí un encuentro y fue un punto de inflexión en mi vida; por eso me hace ilusión volver, porque le tengo cariño a Santiago». Sigue así, él y los miles de jóvenes ya en camino, la invitación del propio lema de la PEJ de este año: Joven, levántate y sé testigo. El apóstol Santiago te espera.