El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, presidió el pasado viernes, 13 de mayo, la Misa que conmemoraba el 105 aniversario de la primera aparición de la Virgen en Fátima a Lucía, Francisco y Jacinta. Organizada por los Heraldos del Evangelio en la catedral de Santa María la Real de la Almudena, contó con la presencia de centenares de madrileños que quisieron unirse en su amor a María. Junto al purpurado concelebraron el vicario de la Vicaría VIII, el padre Ángel Camino, OSA, así como sacerdotes diocesanos. Las interpretaciones musicales corrieron a cargo del coro de los Heraldos.
Testigos «valientes» del Evangelio
En su homilía, el arzobispo de Madrid destacó tres palabras que se podían contemplar a la luz de las lecturas proclamadas: prestar, reconocer y testificar. Así, animó a los fieles a que le pidieran a la Virgen sus entrañas, su amor y su marca, «marca mariana», para poder prestar la vida de modo que Jesucristo sea «reconocido por todos los hombres». Junto a ello, alentó a cada uno a ser «un testigo valiente del Evangelio, como Nuestra Madre lo ha sido».
«Que el Señor os bendiga y os guarde siempre –concluyó el cardenal Osoro–, y que hoy sea un día en que, junto a María, nos hacemos más marianos, que quiere decir más hijos de Dios y más hermanos de todos los hombres».
La celebración finalizó con una procesión por las naves del templo y posteriormente la imagen de la Virgen fue llevada al exterior de la catedral para ser venerada por los fieles.