Desde su fundación en 1640 por parte de Felipe IV, la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena se ha entregado al cuidado de la patrona de Madrid, participando en las celebraciones en su honor y dando a conocer su imagen hasta el último de los rincones de la diócesis.
Este domingo, 8 de septiembre, buena parte de los 1.700 esclavos actuales se han congregado en la catedral para celebrar su fiesta anual, presidida por el arzobispo de Madrid. Con la mirada puesta en la Virgen, el cardenal Carlos Osoro ha invitado a todos los presentes a poner a Jesucristo en «el centro» y «convertir la propia vida en don y en servicio para los demás» como lo hizo Ella, quien, según ha explicado, entregó su vida para dar rostro a Dios y siempre tuvo presentes las necesidades de aquellos con los que se encontraba.
En este sentido, el purpurado ha incidido en la necesidad de «vivir con la sabiduría del Señor» y saberse «hermanos», «un título que nos ha dado el mismo Jesucristo». «Un discípulo de Cristo ve en el otro un hermano. Y esto no es buenismo, esto es vivir en lo que somos», ha abundado.
Como es tradición, después se ha entregado la medalla de esclavo de honor a personas e instituciones que se han distinguido por su amor a la Virgen. Este año la han recibido, entre otros, los obispos auxiliares monseñor Jesús Vidal y monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, y el nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que ha firmado en el Libro de Reyes. El listado completo se puede consultar en este enlace.
En la celebración han estado presentes asimismo más de 170 congregaciones, hermandades y cofradías establecidas en la archidiócesis, con las que la Real Esclavitud mantiene una estrecha relación y en cuyas fiestas se hace presente a lo largo del año.