El pasado 10 de octubre el Papa Francisco abría en Roma el camino sinodal que, tras tres años de trabajo, concluirá en octubre de 2023. Un Sínodo que tiene como objetivo la potenciación de la sinodalidad, y que se reúne con el título Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión.
En el momento actual, el Sínodo es un proceso de escucha al Pueblo de Dios, diálogo y discernimiento para aclarar la voluntad de Dios para su Pueblo.
Con este motivo el Papa Francisco nos invita a toda la Iglesia, así como a los alejados y excluidos, a interrogarnos sobre la sinodalidad, un tema decisivo para la vida y la misión de la Iglesia, porque «precisamente, el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio» (Papa Francisco).
Una consulta que tiene como objetivo que, como Pueblo de Dios, nos preguntemos sobre qué procesos nos pueden ayudar a vivir la comunión, a realizar la participación y a abrirnos a la misión, porque el «caminar juntos, es lo que mejor realiza y manifiesta la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero».
En el fondo se trata de continuar la senda de la renovación de la Iglesia propuesta por el Concilio Vaticano II. Este camino común es, a la vez, un don y una tarea. Al reflexionar juntos sobre el camino recorrido hasta ahora, los distintos miembros de la Iglesia podremos:
- Aprender de las experiencias y perspectivas de los demás, guiados por el Espíritu Santo.
- Discernir los procesos para buscar la voluntad de Dios, iluminados por la Palabra de Dios y unidos en la oración.
- Seguir los caminos a los que Dios nos llama, hacia una comunión más profunda, una participación más plena y una mayor apertura para cumplir nuestra misión en el mundo.
También nosotros, como Iglesia diocesana, nos incorporamos en esta primera fase del camino sinodal sumándonos a la consulta propuesta por la Secretaría del Sínodo.
Hacer que germinen sueños,
suscitar profecías y visiones,
hacer florecer esperanzas,
estimular la confianza,
vendar heridas,
entretejer relaciones,
resucitar una aurora de esperanza,
aprender unos de otros,
y crear un imaginario positivo que ilumine las mentes, enardezca los corazones, dé fuerza a las manos.
Francisco, Discurso en la apertura del Sínodo de los jóvenes,
3 de octubre de 2018
El camino sinodal
1.- FASE DIOCESANA, OCTUBRE 2021 – MARZO 2022
La fase diocesana, iniciada solemnemente en Roma el 9 y 10 de octubre de 2021 y el 17 de octubre en cada una de las iglesias particulares, se prolongará hasta abril de 2022.
Es éste un tiempo de escucha y discernimiento en las Iglesias locales. Su objetivo es la consulta al Pueblo de Dios para que el proceso sinodal se realice en la escucha a la totalidad de los bautizados, que son sujetos del sensus fidei infalible in credendo. Se trata de ponerse “en escucha” de todo el Pueblo de Dios, sin excluir a nadie, con particular atención para involucrar también a los más alejados y a aquellos que son escuchados con mayor dificultad.
Para facilitar esta consulta y la participación de todos, la Secretaría General del Sínodo ha publicado un Documento Preparatorio, acompañado de un Cuestionario y un Vademécum con propuestas para realizar dicha consulta en cada Iglesia particular.
En nuestra Diócesis la consulta, como se detalla más adelante, se desarrollará a través de los órganos de participación previstos en el derecho, vicarías, delegaciones, parroquias, movimientos, etc., con el fin de que sea lo más veraz, real y eficaz posible.
Y se cierra el 26 de marzo de 2022 en la reunión diocesana pre-sinodal, que será el momento culminante del discernimiento diocesano. En ella se dará a conocer el resultado de las aportaciones y la síntesis que se enviará a la Conferencia Episcopal antes del 31 de marzo de 2021.
Posteriormente los miembros de la Conferencia Episcopal, tras un encuentro de discernimiento, elaborarán una síntesis de las aportaciones recibidas de cada una de las iglesias particulares, que se enviará a la Secretaría General del Sínodo.
2.- FASE CONTINENTAL, SEPTIEMBRE 2022 – MARZO 2023
En ella, entre septiembre de 2022 y marzo de 2023, tendrán lugar las conferencias episcopales regionales y continentales, para las que se elaborará un primer Instrumentum Laboris por parte de la Secretaría General del Sínodo.
Su finalidad es dialogar a nivel continental sobre dicho texto, y realizar un ejercicio de discernimiento desde las particularidades culturales de cada continente, con el fin de remitir sus aportaciones a la Secretaría General del Sínodo en marzo de 2023.
3.- ASAMBLEA GENERAL DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS, OCTUBRE 2023
En esta tercera fase se desarrollará la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos, que tendrá lugar en Roma en octubre de 2023.
Para este fin la Secretaría General del Sínodo redactará el segundo Instrumentum Laboris, a partir de las aportaciones recibidas de las Conferencias Continentales, que servirá a instrumento de trabajo de los participantes en la Asamblea General del Sínodo.
¿Cómo participar en la consulta sinodal en la diócesis de Madrid?
El Sínodo es una invitación para que cada diócesis, también la nuestra, nos embarquemos en un camino de profunda renovación inspirada por la gracia del Espíritu de Dios. Así, la fase diocesana del proceso sinodal debe ser una oportunidad para escuchar más profundamente la voz del Espíritu, aumentar la participación, mejorar la calidad del diálogo, discernir sobre estos temas, fortalecer la conversión en actitudes y habilidades, y animar el sentido de conexión con la gente y con la Iglesia local, regional y global.
¿QUIÉN PUEDE PARTICIPAR?
Esta fase del proceso sinodal está dirigida a toda la comunidad diocesana: las comunidades parroquiales y extraparroquiales, los presbíteros, diáconos y laicos y laicas… y de modo particular se pide la aportación de los organismos de participación, especialmente a los consejos de pastoral.
Están invitados también los consagrados y consagradas. Y se anima a las comunidades religiosas, los movimientos de laicos, las asociaciones de fieles y otros grupos eclesiales.
Tendrá fundamental importancia la voz de los pobres y excluidos, así como los que viven al margen y alejados de la Iglesia.