Ante la «escalada bélica en la Europa del Este» y «un ataque a Ucrania que puede tener consecuencias incalculables», el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, invita a acoger el «apremiante llamamiento» de Francisco «a frenar “la insensatez diabólica de la violencia […] con las armas de Dios”» y anima a los fieles católicos a rezar por la paz. En una carta dirigida a los sacerdotes, detalla que el próximo miércoles, 2 de marzo, a las 20:00 horas, tras la celebración del Miércoles de Ceniza en la catedral de Santa María la Real de la Almudena, habrá un encuentro de oración por la paz.
De igual forma, «antes de que sea demasiado tarde», pide a las parroquias, iglesias, capillas y comunidades cristianas que este domingo, 27 de febrero, se celebre la Eucaristía con una intención muy especial por la paz y que «allí donde sea posible» repiquen las campanas a las 12:00 horas, «invitando a la oración y alertando para mover el corazón de los que tienen la responsabilidad de esta temeraria escalada de violencia». La Delegación Episcopal de Liturgia propone adoptar el formulario de oraciones de la Misa por la paz y la justicia, de entre las de diversas necesidades (a partir de la página 1.042 del misal romano), manteniendo las lecturas correspondientes al VIII domingo del tiempo ordinario.
En la misiva, el arzobispo alienta «a todos los hombres y mujeres de buena voluntad y de cualquier convicción a sumarse a este anhelo de paz». «El mundo no puede consentir la torpeza de entrar ahora en una nueva guerra de imprevisibles y nefastas consecuencias», asevera.
Rescatando unas palabras de san Juan Crisóstomo, el cardenal Osoro incide en que «nada en el mundo es más fuerte que el justo que reza» y en que «el hombre que reza tiene sus manos en el timón de la historia». «La paz es un don del Señor y una tarea compartida. Pidamos a Dios que nos haga constructores de la paz y testigos de su amor en este momento tan preocupante», concluye.
Cercanía con la comunidad greco-católica
En términos parecidos, el también ordinario de los fieles católicos orientales residentes en España ha dirigido otra carta a los sacerdotes del Ordinariato y a sus comunidades, entre ellas la comunidad greco-católica ucraniana. En el texto lamenta que «una guerra siempre es una tragedia para la humanidad» y se une «al pueblo ucraniano que peregrina en España, en Ucrania y en distintas partes del mundo, con el que nos solidarizamos».
Precisamente junto a la comunidad greco-católica ucraniana, el delegado de Movilidad Humana, Rufino García-Antón, concelebrará una Misa este domingo, 27 de febrero, a las 15:00 horas en la parroquia del Buen Suceso (Princesa, 43).