El Colegio Español de Roma ha acogido esta mañana de domingo la primera misa de monseñor José Cobo como cardenal de la Iglesia. Hasta aquí se ha desplazado la comunidad madrileña que ha venido a acompañarle en el consistorio celebrado ayer en la Plaza de San Pedro.
Los cardenales Osoro y Blázquez, el obispo Sergi Gordo, de Tortosa y los obispos auxiliares de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino y Jesús Vidal, junto a decenas de sacerdotes y laicos de Madrid han acudido a esta celebración.
«La misión de Jesús, junto a los publicanos, las prostitutas, los pobres y los pequeños, los que no estén bien logrados son una lección y propuesta para todos nosotros», explicaba al iniciar la homilía. Estas realidades son la diaconía, el servicio que construye, insistía, «misión, tarea y vínculo». Tocar el suelo, estar junto a todos ellos, los «antihéroes», nos enseña la misericordia de Dios.
Sentirse parte de la misión común de Jesucristo y de la Iglesia «evita los personalismos». Todos los cristianos tenemos «una misión cada uno y en comunidad», apuntaba, porque somos una comunidad. «Una comunidad diversa y frágil, pero que comparte también un afecto.
Los pobres, los publicanos y las prostitutas nos enseñan a que estas fragilidades son ocasión de acercarnos a esa misericordia de Dios. Son ejemplo de «gente que camina aunque se equivoque». Hoy, continuaba, «es tiempo de responder y dejar que ellos no evangelicen». Además, el nuevo cardenal invitaba a crear comunidades de afecto y abrazo, a pasar tiempo juntos y a trabajar en la misión común de Jesús.