Madrid ha amanecido bajo la lluvia este miércoles, 9 de noviembre, fiesta de su patrona, la Virgen de la Almudena, y la Misa inicialmente prevista en la plaza de la catedral ha tenido que trasladarse al interior del templo. «Con María, a quien nosotros invocamos como Nuestra Señora de la Almudena, el Señor nos ha bendecido de una manera especial. Ella nos abraza y nos señala un camino», ha asegurado el arzobispo de Madrid.
En su homilía, el cardenal Carlos Osoro ha incidido en que la Virgen, a quien Jesús nos dejó como Madre a través de Juan, «nos invita a abrir nuestras vidas al amor de Dios» y a «poner en el centro de nuestra vida a Jesucristo». «María es una Maestra que nos enseña que, solamente junto a Dios, descubrimos quiénes somos nosotros —ha aseverado—. Sin Dios pasamos por este mundo como unos desconocidos para nosotros mismos y para los demás. ¿Quién te dijo que eres hermano del que tienes a tu lado?».
Según ha detallado, de la mano de Ella «entendemos lo que somos» porque, con su «Hágase en mí según tu Palabra», «Dios se hace hombre y el hombre recibe una dignidad totalmente nueva». «El respeto a la dignidad humana y la atención a los derechos humanos son fruto de la fe en la Encarnación de Dios. Separados de la fe en Jesucristo abandonamos el fundamento de la dignidad humana», ha abundado.
En este sentido, el purpurado ha afirmado que «con María aparece la cultura cristiana, que es una cultura de amor al prójimo, una cultura de la misericordia y, por ello, también una cultura de la justicia social». Y ha destacado que, «desde el mismo inicio», el cristianismo pasa por «el amor a los débiles, los enfermos, los pobres y los ancianos; a los que, según los criterios de este mundo, muchas veces se consideran inútiles y a los que, en un contexto como el actual de guerra e incertidumbre, peor lo pasan».
«María, nuestra Madre, nos alienta a vivir y a construir siempre la paz y la reconciliación, a dar vida siempre —ha concluido—. Es hora y tiempo de arrodillarnos; es la hora de reconocer que el mundo pertenece a Dios y no al mal, por mucho terreno que pueda ganar este. Urgen hombres y mujeres que abran su corazón a Dios y que hagan presente su amor con obras. María, nuestra Madre, nos ayudará».
Almeida renueva el Voto de la Villa
Minutos antes, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha renovado el Voto de la Villa, una «tradición» que fue muy significativa «en momentos de especial peligro para la ciudad» como la peste de 1438, las inundaciones de 1646 o la reciente pandemia. «Superados aquellos momentos de dolor, y conscientes de los retos que aún nos quedan por delante, contemplamos hoy una ciudad que se levanta, que florece y que, por su pujanza y energía, atrae cada vez más miradas de admiración», ha remarcado.
El regidor ha solicitado a la patrona su aliento para trabajar por «un futuro de unidad, de prosperidad y de justicia social» para la capital y para España. Entre otras cosas, le ha pedido «que consoléis a las familias que han perdido a alguno de sus miembros este año», que atendamos «las necesidades de los más débiles y desfavorecidos» y de los mayores, «que protejáis y ayudéis a nuestras familias, célula básica de la sociedad» y «que guieis con mano maternal a los jóvenes madrileños».
«Que iluminéis nuestras inteligencias y redobléis nuestras energías para que día a día todos contribuyamos a la construcción de una ciudad más caritativa y más justa; y por ello mismo más grande», ha insistido Martínez-Almeida, reivindicando a Madrid como una urbe «moderna», acogedora y que, al mismo tiempo, no olvida «sus tradiciones, su fe, su modo de ser propio y su esencia» porque «la savia que llena de frutos las ramas solo puede venir de las raíces».
Además del alcalde, han estado presentes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; la presidenta de la Asamblea de Madrid, María Luisa Carballedo; la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González; la vicealcaldesa, Begoña Villacís; diputados y concejales, y otras autoridades civiles y militares.
La Misa ha sido concelebrada por el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela; el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Bernardito Auza; el arzobispo castrense, monseñor Juan Antonio Aznárez; el obispo de Getafe, monseñor Ginés García Beltrán; el obispo emérito de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Pla; los obispos auxiliares de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, monseñor José Cobo y monseñor Jesús Vidal —también administrador apostólico de Alcalá de Henares—, y el Cabildo, además de numerosos sacerdotes.
Sale la procesión
A su conclusión, con el cielo ya despejado, la Virgen recorre en procesión la calles Mayor, Milaneses y Santiago y la plaza de Ramales hacia la plaza de Oriente, pasando por una alfombra de flores —elaborada por Asociación de Alfombristas Do Corpus Christi de Ponteareas— junto al Palacio Real, para volver por la calle Bailén a la catedral. Los anderos son los de Jesús de Medinacelli y acompañan la Banda Militar del Ejercito de Tierra, la Banda Municipal de Madrid y la Banda de las Tres Caídas.
La imagen de la patrona de Madrid lleva un manto que perteneció a la marquesa de Santa Cruz y duquesa del Infantado, camarera mayor de la Virgen a mediados del siglo XIX, en seda con realce de terciopelo y adosado de cintas bordadas de rosas. Las coronas fueron donadas en 2020 y proceden de un taller de platería de Perú. También porta el fajín de capitán general donado por el general Faura, el bastón de mando del general Hernández Rubio y el bastón de alcalde, así como la Medalla de Oro de Madrid, las medallas de la Real Esclavitud y la Corte de Honor, y un san Isidro de plata por el 400 aniversario de su canonización.
Otras celebraciones
Tras la procesión, continúa la ofrenda floral solidaria y el templo también acogerá Eucaristías a las 17:00, 18:00, 19:00 y 20:00 horas, mientras que en la cripta de la Almudena (Mayor, 90) habrá Misas a las 18:30 y 19:30 horas.
Las celebraciones concluirán el viernes 11 de noviembre, a las 19:30 horas, con un concierto del Coro de RTVE, dirigido por Christoph König.