«Os espero en el Paraíso», les dijo Don Bosco a sus muchachos antes de morir, el 31 de enero de 1888, en Turín, la ciudad en la que puso en marcha su sueño de atender espiritualmente, cuidar y educar a los niños y jóvenes huérfanos, pobres y de ambientes marginales y delicuenciales de la ciudad. Más de un siglo después, la Familia Salesiana celebra por todo lo alto la fiesta de su fundador con eventos en centros educativos y también en parroquias de las que es titular, san Juan Bosco o María Auxiliadora.
Una familia a la que el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, se ha sentido siempre muy cercano. «Los horizontes que me presentaron desde pequeño Don Bosco y los hijos de Don Bosco han sido fundamentales en mi vida», aseguró recientemente durante la presentación del Pacto Global por la Educación en la diócesis de Madrid.
Precisamente el último mensaje de Don Bosco a sus jóvenes es inspiración que asume la parroquia San Miguel Arcángel de Carabanchel para su convocatoria Rosario, pizza y Paraíso. Será este 2021 la cuarta edición de una fiesta impulsada por el párroco, Miguel Ángel Torrente, después de que la vida del santo le fuera «tocando el corazón».
El ser considerado por san Juan Pablo II como «padre y maestro de la juventud» –unas palabras que le «golpeaban» mucho al sacerdote– y la experiencia del fundador de los salesianos con los jóvenes le parecía «muy iluminadora» para la pastoral infantil y juvenil de San Miguel Arcángel. «Don Bosco ofrecía un hogar a los chicos a través de su oratorio», y eso era lo que el padre Miguel Ángel quería para su parroquia: una parroquia-hogar.
Con todo esto en el corazón, empezó un camino de búsqueda de Jesús con los chavales al estilo oratorio salesiano, los miércoles, y los viernes montaron el Club Valdocco con niños en los que se fue despertando «un mayor deseo de estar con Jesús» y que a la vez tenían «una necesidad de hogar», de ambiente de familia.
Esta sintonía con la dinámica del santo italiano le llevó al padre Miguel a organizar hace cuatro años esa primera fiesta Misa, pizza y Paraíso, el 31 de enero de 2018, a la que estaban convocados los pequeños para compartir la Eucaristía, pilar en la espiritualidad de san Juan Bosco, y pizzas que llevaban los padres. Para esa ocasión, a través de un conocido relacionado con los salesianos, les prestaron una reliquia del santo, «un trozo de vestido», para venerar.
El éxito fue tal que ese verano, el provincial de la inspectoría de los salesianos en Madrid, sabiendo además la gran devoción de la feligresía, les regaló otra reliquia, un fragmento de hueso del santo, para que la conservaran permanentemente en el templo. «Don Bosco quería estar en nuestra parroquia –resume el padre Miguel Ángel–; en realidad, no lo buscamos nosotros, sino que nos buscó él a nosotros y ahora ya forma parte de esta especial familia y hogar que es la parroquia». Y además, les llevó esa «forma suya de educar en la dulzura y de llevar a los chavales a Cristo».
Sin miedo a la pandemia
El formato primitivo de la celebración del 31 de enero ha ido evolucionando, y cada vez más se ha convertido en una fiesta de familia, «como le gustaba a Don Bosco», que incluye una feria muy al estilo salesiano. «Los chavales han convertido al santo en un amigo y sienten que los conforta».
Este año van a adaptarla a las circunstancias que vivimos: por las medidas sanitarias de seguridad, en vez de compartir las pizzas se les entregará a los niños una bolsita de chucherías en forma de pizza, «sin gluten», especifica el sacerdote. Y se incluye en el programa el rezo del rosario ya que, al coincidir la festividad del santo con el domingo, la Misa ya está asegurada.
Cada uno de los misterios tendrá relación con alguno de los acontecimientos más importantes de la vida de Don Bosco. Este año cobra especial dimensión, como apunta el párroco, el de la epidemia de cólera que asoló Turín en 1854. «Don Bosco siente que la Virgen le muestra que si sus chavales están en gracia no se contagiarán, y además podrán atender a los enfermos». Y así sucedió.
Por eso, anima a encomendarse al santo en estos momentos también de pandemia para que «el amor y la fe sean más fuertes que el miedo; que este no nos impida calentar el corazón, porque hay muchos corazones fríos, y además mucha soledad». En definitiva, se trata de «ayudar y servir para, a pesar de no podernos abrazar, juntar corazones».
El padre Miguel Ángel concluye con lo que este año Don Bosco diría: «Que por muchas cosas que pasen, por muchos años que pasen, nunca dejes de amar. Diría que vivamos con un corazón grande, como él, con el corazón de Jesús. Es tiempo para corazones grandes».
Sin miedo a la pandemia
El formato primitivo de la celebración del 31 de enero ha ido evolucionando, y cada vez más se ha convertido en una fiesta de familia, «como le gustaba a Don Bosco», que incluye una feria muy al estilo salesiano. «Los chavales han convertido al santo en un amigo y sienten que los conforta».
Este año van a adaptarla a las circunstancias que vivimos: por las medidas sanitarias de seguridad, en vez de compartir las pizzas se les entregará a los niños una bolsita de chucherías en forma de pizza, «sin gluten», especifica el sacerdote. Y se incluye en el programa el rezo del rosario ya que, al coincidir la festividad del santo con el domingo, la Misa ya está asegurada.
Cada uno de los misterios tendrá relación con alguno de los acontecimientos más importantes de la vida de Don Bosco. Este año cobra especial dimensión, como apunta el párroco, el de la epidemia de cólera que asoló Turín en 1854. «Don Bosco siente que la Virgen le muestra que si sus chavales están en gracia no se contagiarán, y además podrán atender a los enfermos». Y así sucedió.
Por eso, anima a encomendarse al santo en estos momentos también de pandemia para que «el amor y la fe sean más fuertes que el miedo; que este no nos impida calentar el corazón, porque hay muchos corazones fríos, y además mucha soledad». En definitiva, se trata de «ayudar y servir para, a pesar de no podernos abrazar, juntar corazones».
El padre Miguel Ángel concluye con lo que este año Don Bosco diría: «Que por muchas cosas que pasen, por muchos años que pasen, nunca dejes de amar. Diría que vivamos con un corazón grande, como él, con el corazón de Jesús. Es tiempo para corazones grandes».
Celebración de san Juan Bosco en otras parroquias de Madrid
- San Francisco de Sales. Esta parroquia de Estrecho, atendida por salesianos, honrará al santo en todas las Eucaristías del domingo. La solemne, a las 19:00 horas, clausurará el triduo, que está predicado por el padre Xavier Camino, SDB.
- San Juan Bosco. Los actos en honor al santo en esta parroquia de Carabanchel se están desarrollando con un triduo que finalizará el domingo día 31 con la Misa solemne a las 19:30 horas.
- María Auxiliadora. Situada en Atocha, frente al colegio de los salesianos, la parroquia está desarrollando diversos cultos para celebrar la fiesta. Entre otros, un triduo, la proyección de la película Don Bosco y la Misa solemne del domingo, a las 12:30 horas. En ella se realizará además el acto de confianza ante san Juan Bosco.
Infomadrid / B. Aragoneses