Aunque la vista se vaya directamente a la izquierda, al portal, lo cierto es que el belén de este año de la catedral de Santa María la Real de la Almudena empieza por la derecha. Allí, un anciano Gaspar es interpelado por el muchacho que le ayuda en su caminar: «Creo que usted cuando era joven conoció a Nuestro Señor Jesucristo cuando vino a este mundo». Así arranca el discurso narrativo del montaje de este 2022, tal y como explica Félix Castedo, canónigo de la catedral y diseñador del montaje. Con este son ya casi 30 los años que el sacerdote lleva haciendo el belén en el primer templo de la diócesis de Madrid.
Esta Navidad no habrá guion locutado y tampoco juego de luces, pero sí se estrena, tres años después, el montaje que estaba preparado para el año de la pandemia. Son novedad la casa de Gaspar, la vivienda colindante, una escalinata junto al pozo, el castillo de Herodes y el observatorio astronómico de los magos. Y como rincón favorito, «el del camino al pozo, con los dos pueblos o el pueblo dividido por un puente», que «ha quedado muy bonito».
Castedo va relatando algunos de los detalles. Por ejemplo, que la edificación de Gaspar le llevó todo un verano de trabajo. Las celosías de la balconada, a la que destinó gran parte de ese verano, están hechas con tiras de cartulina cortadas al mismo tamaño y pegadas una a una. «Es una casa de una persona importante, un palacete, por eso no tiene desconchones, como las otras». El detallismo se aprecia en las propias puertas, de madera, cuyas vetas ha pintado a mano el belenista. «De esto se dan cuenta los que además de ver, miran».
La entrada es una acera de piedras que hizo también a mano, de forma individual cada una, en poliespán. Igual que las de la escalinata. Se diría que el poliespán «estuviera hecho expresamente para los belenistas», asegura, porque «es muy utilizado». Cuando no existía, se usaban el cartón o la escayola tallada a mano para las casas. «Pero pesaban mucho», a diferencia de este nuevo material, que «es muy ligero y fácilmente manejable».
Meses de trabajo
En cuanto acaba la festividad de la Virgen de la Almudena, Félix Castedo comienza su trabajo. Casi todas las figuras que utiliza en el belén son de José Luis Mayo, aunque al belenista no le tiembla el pulso para arreglarlas si lo ve conveniente. «Tuneadas, que dirían hoy». Lo ha hecho con la figura del Gaspar anciano, que en realidad era un pastor al que le tiñó de azul el manto, le añadió franjas en la casaca y le pintó una cinta dorada en la cabeza. «Se me da bien la pintura —reconoce—, y esto lo hago con frecuencia».
También ha retocado a los tres Reyes Magos del observatorio; a Baltasar, de hecho, le ha añadido una túnica con tela engomada y un gorro. A diferencia de la mayoría, estas tres figuras, junto a los soldados romanos y el rey Herodes, son legado de un señor fallecido, cuya hija las donó a su muerte. «Sí, de vez en cuando pongo algunas», concluye el diseñador.
El belén de la catedral, instalado en el atrio, se podrá visitar desde el 25 de diciembre hasta el 8 de enero, de 10:00 a 20:00 horas. Los días de Navidad, Año Nuevo y Epifanía estará abierto de 10:00 a 13:00 horas y de 17:00 a 19:30 horas. En esta noticia pueden consultarse las celebraciones de estos días en el templo y en esta otra se pueden recorrer más belenes de la archidiciócesis.