Unas 200 personas participaron en la noche del viernes en la Marcha por la Paz que concluyó en la explanada de la catedral de Santa María la Real de la Almudena con una oración por el eterno descanso de los fallecidos en la guerra de Ucrania. La iniciativa estaba convocada por la asociación KeyMyr, Llave de la Paz, por la parroquia de Nuestra Señora de Buen Suceso y por la comunidad grecocatólica ucraniana que tiene dicha parroquia como sede.
«Esta noche aquí, en Madrid, queremos también ser constructores y artesanos de paz, siguiendo las huellas de san Francisco de Asís», afirmó el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, durante la oración que presidió desde la escalinata de acceso a la catedral. Esta paz «debemos implorarla y trabajar por ella, porque es don y tarea, regalo y esfuerzo cotidiano». Añadió que «dar la paz y pedir la paz está en el centro de la misión de los discípulos de Cristo».
Se trata, explicó, de una «paz activa y armada contra todas las formas de egoísmo e indiferencia que nos hagan poner los intereses mezquinos sobre la dignidad inviolable de cada persona». Y, además, «reclama que hagamos del diálogo un camino; de la colaboración común, nuestra conducta; del conocimiento recíproco, método y criterio».
Diálogo, base de la política
Junto con todas las personas que han llegado desde Ucrania a esta archidiócesis para trabajar, «nuestras voces se funden y expresan al unísono el ardiente deseo» de «una paz que se extienda por toda la tierra, en cada uno de nosotros, y especialmente en esos lugares donde muchas voces son silenciadas por las guerras, mutiladas por la indiferencia e ignoradas por la complicidad de quien tiene intereses diferentes a los de todos».
El purpurado afirmó por último que «la auténtica vida política se funda en el derecho y en un diálogo real de los protagonistas. No en las armas, sí en el abrazo, sí en la fraternidad, sí en la convicción de que nos necesitamos los unos a los otros».
Fiesta de la protección de María
La marcha había arrancado de la estación del Teleférico del paseo de Pintor Rosales, aunque una parte de los ucranianos se sumó desde la cercana parroquia de Buen Suceso. Entre varios de ellos portaban una larga bandera azul y amarilla, además de una pancarta con la palabra Paz y otra en homenaje a las Fuerzas Armadas ucranianas. Un grupo de niños llevaba un rosario gigante.
En una de las paradas de la marcha, se explicó a los asistentes no ucranianos el motivo de haber elegido esta fecha. El 14 de octubre, en Ucrania y el resto de países de tradición bizantina, se celebra desde el siglo X la fiesta de la Pokrova o Intercesión de la Madre de Dios.
En Ucrania, además, a lo largo de la historia se han vinculado a esta fiesta religiosa el Día de los Cosacos Ucranianos, el Día del Ejército del Pueblo Ucraniano —creado durante la Guerra de Independencia de Ucrania— y la fundación del Ejército Ucraniano Insurgente —organización paramilitar nacionalista surgida en 1942 para combatir a las fuerzas nazis y soviética. Después del inicio del conflicto en el Dombás y la anexión de Crimea a Rusia, el Gobierno ucraniano decidió en 2015 trasladar a esta fecha el Día de los Defensores. Durante la marcha, se oyeron cantos patrióticos y religiosos y gritos de «Slava Ukraini!».