El Corpús Christi es una de las festividades con mas historia de la ciudad de Madrid, interviniendo hasta figuras paganas, haciendo de el una festividad de lo mas singular.
Historia
Ya en 1482, existía en Madrid la celebración del Corpus Christi. Así lo acreditan los datos, que describen como la Reina Isabel acudía a dicha celebración.
Fueron muchos los reyes que participaron en la procesión del Corpus, como Carlos I, e incluso Felipe II. Durante el reinado de este último, se describe como Madrid celebraba la festividad del Corpus, a la que acudían multitud de madrileños, procesionando con una custodia por las calles de Madrid.
Durante el mandato de Felipe II, se realizaron diversas prohibiciones como por ejemplo, la de que las mujeres y hombres no podían bailar durante la procesión (sólo se permitía bailar a los niños). Durante este periodo, se introdujeron figuras característica del Corpus madrileño, como la del botarga, quién iba abriendo camino durante la procesión, y la de la tarasca, figura fantástica que representa la salvación ante el demonio. Estas figuras paganas, fueron predecesoras de los hoy “gigantes y cabezudos”.
Felipe III prohibió todas las representaciones paganas durante la celebración. Sin embargo, más tarde, Felipe IV, volvió a introducir ambas figuras. Durante esta época, la festividad del Corpus se había convertido en la más importante de la villa, siendo de las más concurridas.
Durante el reinado de Carlos III, se volvieron a prohibir todas las figuras de representación pagana (Ley del 21 de julio de 1780), proclamando la celebración únicamente de corte religioso.
Procesiones Minerva
El Corpus Christi no era la única celebración de este día. La procesión “Minerva” se remonta al siglo XIX, a iniciativa de pequeñas parroquias madrileñas, en la que se realizaban procesiones paralelas a la del Corpus.
La festividad fue aprobada por el Papa Paulo III, quien otorgó el permiso a la Congregación del Santísimo Cuerpo de Cristo. El cortejo salía de la Iglesia de Santa María de la Almudena y continuaba por la Calle Mayor, Carretas y Atocha.
La custodia
La alhaja de Madrid
El conjunto del corpus madrileño, en plata en parte dorada, se compone de tres piezas: Andas, custodia de asiento y custodia portátil.
Las dos primeras fueron realizadas por el platero Francisco Álvarez, entre 1568 y 1574, en un elegante estilo renacentista donde predominan las formas arquitectónicas clásicas.
En ella se mezclan los motivos eucarísticos (espigas, uvas, profetas, ángeles…) junto con otros de carácter humanista (sibilas, sabios, músicos…).
Centrándonos en el gran templete exterior denominado como andas, destacan las ocho columnas corintias, las figuras de los cuatro evangelistas sentados en la cornisa y la de Cristo Salvador rematando el conjunto.
Según el platero Juan de Arfe:
“[Las andas] fueron hechas y ordenadas para llevar con ruegos y oraciones reliquias y otras cosas sagradas en hombros cuando van en procesiones”
En su interior se halla la gran custodia de asiento, con forma de doble templete y labrada en la base con cuatro expresivas escenas: la Santa Cena, el Lavatorio, la Oración en el Huerto y el Prendimiento.
En la parte superior podemos observar la figura de Cristo Resucitado, mientras que en la parte inferior, rodeada de ángeles músicos, encontramos la custodia de sol o portátil. Esta fue realizada en el siglo XIX por Francisco Moratilla.
En el disco central, sujeta por un aro de oro, se coloca la hostia consagrada cuando sale en procesión.
Este maravilloso conjunto, tan antiguo, recorre las calles de Madrid el día del Corpus desde el siglo XVI y lleva más de trescientos años en su “casa”, la Casa de la Villa.
La Procesión
Tras varios recorridos y lugares de salida, en la actualidad la procesión del corpus sale de la Catedral de Sta. María La Real de La Almudena a las 19:00h del Domingo posterior al Jueves del Corpus.
El Cortejo se Inicia con la Banda de Música de la policía municipal y el escuadrón de caballería de la misma, seguidamente encontramos las cruces alzadas de las distintas parroquias de la diócesis.
A continuación, comienzan las representaciones de hermandades penitenciales y de gloria, así como de corporaciones como los heraldos del evangelio u órdenes monacales.
Entre las representaciones de hermandades y corporaciones ponen sus sones la BCT del Stmo. Cristo de las Tres Caídas de Madrid y la AM Ntro. Padre Jesús “El Pobre”.
Tras esta última formación, procesionan los seminaristas, diáconos y sacerdotes concelebrantes.
Por último encontramos la custodia con el santísimo sacramento, acompañada musicalmente por la Banda de Música de Capitanía del Ejército de Tierra.
Las corporaciones inician su discurrir desde la puerta principal de la catedral, orientada al palacio real continuando por la calle Bailén, una vez fuera todas las representaciones, la custodia abandonará la catedral por la puerta lateral.
La procesión girará enfilando la calle mayor, adornada para la ocasión con gran número de alfombras de Sal.
A la altura del mercado de San Miguel, la comitiva tomará la calle santiago.
Al llegar a la plaza que lleva el mismo nombre, se encuentra el altar efímero levantado por los grupos jóvenes de las hermandades de Los gitanos, Siete Dolores, La Borriquita y Jesús de Medinaceli.
Posteriormente la custodia avanzará por la plaza de Ramales, hasta descender a la Plaza de Oriente, la cual rodeará en su totalidad, continuando por la fachada principal del Palacio Real.
Seguidamente a la llegada de la custodia de nuevo a la plaza de la catedral, el santísimo abandona la carroza,para que así el Cardenal D. Carlos Osoro sostenga al Santísimo Sacramento en la custodia de mano, de esta manera se impartirá la bendición a todos los asistentes y terminará así el Corpus Christi en la Capital de España.
un artículo de Jorge Renedo
Fotografías Alvaro García Fuentes
