«Nuestra Madre va entrando cada vez más en el corazón de los madrileños, va rompiendo ese muro de la distancia y cada vez son más los que acuden a venerarla». Así lo ha asegurado Jesús Junquera, responsable de Actos Institucionales de la diócesis, en vísperas de la festividad litúrgica de Nuestra Señora de la Almudena, que tendrá lugar este sábado, 9 de noviembre.
«Todos estamos convocados a celebrar un día de fiesta. ¿Quién no celebra una fiesta por su madre? Sería un mal hijo…». Por tanto, «si presentamos a María como madre de Madrid, todos tenemos que alegrarnos y comunicárselo a los demás para que se alegren con nosotros», ha subrayado en el Informativo Diocesano de TRECE, conducido por Álvaro de Juana.
«La catedral es un santuario de una afluencia continua»
El también canónigo de la catedral ha destacado que «todos los actos están enfocados hacia nuestra Madre y patrona, que cuida Madrid, y que todo lo que se haca en su honor nos tiene que parecer poco», reiterando que «nos lleva –con gozo– a hacer presente al Señor y a hacer que, una vez más, la Almudena se encuentre en el corazón de Madrid».
Un camino edificado por y desde el amor, un amor de Madre que acoge sin excusas, sin recelos y sin preguntas. «La Virgen de la Almudena tiene una doble faceta: oculta en el muro y en plenitud de luz». Así ha sido a lo largo de la historia, subraya: «Ha roto los muros para llegar a todos, y es un amor que va creciendo por días». De hecho, en este momento, «la catedral es un santuario de una afluencia continua».
«Madrid es una ciudad acogedora, y nosotros llamamos madrileño a aquel que se encuentre en Madrid; por lo que ese día, todo aquel que se encuentre en Madrid se une con gozo en torno a la Virgen», ha abundado Junquera.
«Hagamos una gran manifestación de amor»
En cuanto al lema de este año, Con María, misioneros en Madrid, el responsable de Actos Institucionales ha incidido en que esta fiesta es la primera del Plan Diocesano Misionero impulsado por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro: «María no puede quedarse aparte, porque es la primera misionera». Ella, reconoce, «va a la cabeza», pero «todos los madrileños que formamos la Iglesia de Madrid vamos detrás».
En este sentido, «nadie puede decir que no es misionero, porque todos estamos llamamos a ser misioneros en nuestra casa, en nuestro colegio, en nuestra ciudad, con nuestros amigos». Se trata, tal y como confiesa, de «hacer presente la misión de Madrid».
Finalmente, Junquera anima a acompañar a la Virgen durante toda la celebración, forjando entre todos «una gran manifestación de amor hacia nuestra Madre y patrona»