Dos tablones cruzados, de 3,8 metros de altura y 1,75 de ancho, que no son un simple trozo de madera, «sino una cruz que todos los días debemos llevar con nosotros». Así se expresaron los jóvenes en el jubileo del año 2000 sobre la cruz de la JMJ, también conocida como la cruz peregrina o la cruz de los jóvenes. Una cruz que es la señal del cristiano, signo del seguimiento a Cristo, de amor, de paz, de reconciliación, y que ha viajado por el mundo entero, de mano en mano, de país en país, de generación en generación.
Este próximo 26 de septiembre llegará a Madrid como parte de su peregrinación por Europa y España para preparar la JMJ Lisboa 2023, y la diócesis se engalana para recibirla al coincidir además con el décimo aniversario de la JMJ Madrid 2011. La Delegación Episcopal de Jóvenes ha organizado, en colaboración con distintas realidades diocesanas, una serie de actos para recibir y acoger una cruz que «está en la memoria del corazón de los madrileños», tal y como reconoce Laura Moreno, la delegada de Jóvenes. Especialmente para los de aquella generación que vivió la JMJ, la cruz supone «un recuerdo muy entrañable; fue la que generó toda la movilización de la Iglesia de Madrid para preparar su JMJ». Un madero que «representa al propio Jesús, que se hace presente de forma cercana en nuestra diócesis».
La delegada percibe estos días una sensibilidad especial a la acogida de la cruz, algo que corrobora Luis Melchor, director del Secretariado de Infancia y Juventud de la Delegación Episcopal de Jóvenes. Para los jóvenes de hace diez años, que vivieron aquel encuentro, «está avivando mucho el recuerdo» de aquellos días y les está ayudando «a transmitir la experiencia y la alegría de aquella JMJ». Mientras, los jóvenes de ahora, que entonces eran niños, «están expectantes» ante algo que no conocieron pero que les despierta mucha curiosidad, y que les lleva a preguntar a los que sí lo vivieron. La delegada apunta que además la cruz «nos abre el camino de la próxima JMJ, nos dispone casi a coger la mochila y esto para los jóvenes tiene mucho de aventura, de ilusión».
Acercarse a las cruces de los hombres
La cruz de la JMJ llegará a Madrid, procedente de Loyola, el domingo 26 de septiembre. Recalará en la parroquia Santa Teresa de Jesús de Tres Cantos, en la que es párroco Luis Melchor, a las 22:00 horas. «Tendremos un acto de acogida, y después turnos de oración hasta la Misa de 10:00 del lunes 27». Así, el templo permanecerá abierto durante toda la noche para todos aquellos que quieran acercarse a rezar ante la cruz.
El día 27 será un día de la caridad y de la vida que se desarrollará en torno al lema La cruz de la JMJ cerca de los que sufren, con actos todos presididos por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro. «La clave de ese día es que la cruz visitará a los que no pueden ir a visitarla», explica Melchor. Así, se trasladará a la cárcel de Soto del Real a ver a los encarcelados, donde habrá una celebración de la Palabra; a la clínica los Camilos a ver a los enfermos y a los ancianos, «que tienen mucho de cruz en su vida», que orarán ante ella, y ya a última hora será trasladada a la Cañada Real Galiana, «para que los pobres la reciban», donde se celebrará una vigilia con antorchas.
Como subraya Moreno, es hacer presente la misericordia de Dios, que llega a todos, también a quienes viven privados de libertad, en la cárcel; es llevar al Señor de la vida a acompañar a las vidas enfermas y terminales, y es la cruz que se acerca «a los crucificados de nuestro tiempo» en las barriadas de exclusión social. Es, en definitiva, «el día en que los jóvenes ofrecerán a estas realidades el sentido más profundo de la cruz». Además de los jóvenes, en la visita a Soto estará presente la Pastoral Penitenciaria; en los Camilos, la de la Salud y la de Familia y Vida, y en la Cañada, Cáritas y la de Desarrollo Humano Integral. Igualmente participarán los responsables de las correspondientes áreas de la Conferencia Episcopal.
El colofón final del día 1 de octubre
Al finalizar el acto de la Cañada Real, se ofrecerá la cruz a jóvenes de Getafe, que la llevarán hasta su diócesis; allí permanecerá el 28 de septiembre. El miércoles 29 por la mañana, la cruz peregrina estará en la sede de la Conferencia Episcopal, y por la tarde será trasladada al Arzobispado Castrense. El día 30 se celebrará una Eucaristía de acción de gracias por la JMJ Madrid 2011, en la que están inivitados de manera especial voluntarios y trabajadores de aquellos días. Será a las 20:00 horas en la parroquia San Juan de la Cruz (plaza de San Juan de la Cruz, 2) y estará presidida por el monseñor José Cobo, obispo auxiliar de Madrid.
Finalmente, el 1 de octubre se producirá el colofón de esta peregrinación de la cruz de la JMJ por Madrid. Durante el día, permanecerá expuesta en Santa María la Real de la Almudena. Por la tarde se trasladadará a la explanada de la catedral, donde a partir de las 20:00 se celebrará el festival Los jóvenes con la cruz de la JMJ. Habrá en primer lugar una peregrinación por todo el perímetro con la cruz, con una oración ante ella de todas las realidades de la diócesis en clave de comunión eclesial y sinodal.
Seguirá con un concierto testimonio de Grilex, Paola Pablo, Toño Casado, Hakuna, María Valongo y Jesús Cabello. Con este acto «agradecemos la vida«, explica Laura, «que podamos volver a reunirnos, siempre cuidándonos». Y concluirá con la vigilia de jóvenes de los primeros viernes de mes. El acto será previa inscripción, respetando todas las medidas de seguridad ante el coronavirus, y también podrá seguirse por el canal de YouTube del Arzobispado.
Durante este gran evento del 1 de octubre, el cardenal Osoro bendecirá una réplica de la cruz de la JMJ que peregrinará por las distintas vicarías de la diócesis hasta el 21 de noviembre, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. El día 3 de diciembre, en la vigilia de jóvenes, se clausurará de forma oficial la peregrinación de la cruz de la JMJ por la diócesis de Madrid.
37 años peregrinando por el mundo
Luis Melchor asegura que la mejor forma de preparar espiritualmente la visita de la cruz de la JMJ a Madrid es conocer su historia. Porque, además, no es la primera vez que está en la archidiócesis. En 2003, en su camino a la JMJ Colonia 2005, la cruz presidió el encuentro de los jóvenes con el Papa san Juan Pablo II en Cuatro Vientos y la Eucaristía y ceremonia de canonización en Colón del padre Pedro Poveda, sor Ángela de la Cruz, el padre José María Rubio, la madre Maravillas y sor Genoveva Torres. Aunque ya había venido a España en 1989, para la JMJ de Santiago de Compostela.
Los orígenes de la cruz peregrina que llegará a Madrid se remontan al Año Extraordinario de la Redención, celebrado entre 1983 y 1984. A su comienzo, el Papa san Juan Pablo II instaló junto al altar de San Pedro una cruz que permaneció allí todos los días del jubileo. Con origen en Noruega, el Papa quiso que fuera alta para que todo el que acudiera pudiera verla.
Al concluir aquel año, el santo polaco se la entregó a los jóvenes del mundo representados en una delegación del Centro Internacional Juvenil San Lorenzo de Roma, que él mismo había puesto en marcha en 1983. «Queridos jóvenes –les dijo–, al clausurar el año santo os confío el signo de este año jubilar: ¡la cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que solo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención». Esta palabras, en varios idiomas, están grabadas en una placa incorporada a la cruz. La cruz, por tanto, «la cruz es un regalo de Juan Pablo II que conlleva una misión», destaca Luis Melchor.
Los jóvenes acogieron esta invitación del Papa y desde entonces la cruz ha recorrido más de 90 países de los cinco continentes. Ha sido trasladada en avión, barco, trineos, grúas, tractores, barcos de vela y de pesca… Ha visitado parroquias, cárceles, centros de detención de jóvenes, escuelas, universidades, monumentos históricos, centros comerciales, parques. Ha llevado consuelo a poblaciones sufrientes, como la visita que hizo a la zona cero de Nueva York tras los atentados del 11S o Ruanda, Burkina Faso y tantos países de África que viven genocidios, persecuciones, pobreza. Y ha hecho parada en varias ocasiones en santuarios de la Virgen, como en Lourdes.
La sede oficial de la cruz de los jóvenes es el Centro San Lorenzo de Roma. Los viernes, de 15:00 a 16:30 horas, la sacan en procesión hasta la plaza de San Pedro para dar testimonio de la cruz como signo de salvación para el mundo.
Los Papas sucesivos se han referido en muchas ocasiones a ella en los encuentros con los jóvenes. El Papa Francisco, en el vía crucis en la playa de Copacabana durante la JMJ de Río 2013, dijo: «Nadie puede tocar la cruz de Jesús sin dejar en ella algo de sí mismo y sin llevar consigo algo de la cruz de Jesús a la propia vida». Benedicto XVI recordó a los jóvenes en Madrid 2011, tras el traspaso de la cruz a los brasileños, que Cristo «quiere que seáis sus apóstoles en el siglo 21 y los mensajeros de su alegría». Y el Papa san Juan Pablo II, en 1993, animó a quienes acudieron a la JMJ de Denver: «Seguid la cruz peregrina, andad en busca de Dios, porque podéis encontrarlo también en el corazón de una ciudad moderna». Como Madrid.
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